El norte de la Costa Brava acoge en su seno a la localidad de Roses. Situada en un entorno natural único y privilegiado, se encuentra a menos de 30 kilómetros de Francia, a 65 de Girona y a 160 de la Ciudad Condal. Se adorna de itinerarios megalíticos, de una historia con más de 3.000 años y de sucesivas calas, playas y parques naturales con los que se brinda gracias a su Ruta del Vino DO Empordà. Además, `Roses Autèntic´ sienta a la mesa a todos los públicos atraídos por deliciosos bocados gastronómicos siendo la perfecta anfitriona a la que se visita en cualquier momento y donde el Pirineo se encuentra con el mar.
Con una esencia mediterránea y una fuerte tradición turística y marinera, la localidad de Roses se enmarca en un entorno donde la riqueza paisajística y natural es inigualable al norte de la Costa Brava. Con más de 3.000 años de historia y un patrimonio arqueológico extraordinario, se convierte en uno de los destinos por excelencia para ser disfrutados en cualquier momento del año. Como buena anfitriona da la bienvenida al viajero que queda al abrigo de L´Empordà, el Golfo de Roses y el Cabo de Creus.
El paisaje y la historia quedan representados, entre otros, por la Iglesia Santa María, la propia Ciudadela de la que se conservan los restos de ciudades griega y romana, vestigios medievales y una edificación del siglo XVII, o el Castillo de la Trinidad, una fortificación construida durante el reinado de Carlos I que ofrece una verdadera terraza privilegiada que domina toda la bahía.
Como buen municipio costero, ofrece unas playas llenas de contrastes y acantilados, calas de arena fina y aguas poco profundas ideales para familias y especialmente recomendables para la práctica de deportes náuticos en la bahía, tal y como testifica el hecho de que Roses acoge cada año importantes competiciones y acontecimientos de esta temática. Los paisajes salvajes y el entorno natural único dan pistas al viajero de encontrarse ante algunas de las joyas que mejor definen Roses como la Playa El Bonifaci, Cala Calís o Cala Rustella, entre otras, que son las encargadas de propiciar los encuentros con el mundo submarino.
Su cocina, a caballo entre la tradición y la vanguardia, ha logrado fama internacional gracias a las manos expertas de prestigiosos cocineros como Ferran Adrià, chef del restaurante El Bulli, considerado durante años el mejor espacio gastronómico del mundo. Además, como puerto natural, tiene una una importante flota pesquera que abastece a diario a la localidad de pescado y marisco.
El marcado carácter mediterráneo de Roses se refleja en uno de los principales productos de su tierra: el vino. La localidad es poseedora de una de las rutas del vino con más personalidad, la Ruta del Vino DO Empordà, con un total de 24 bodegas y tres museos dedicados al vino y que, bajo paisajes idílicos de viñedos, transmite la esencia del Mediterráneo, una cultura gastronómica reconocida a nivel mundial y una auténtica constelación de estrellas Michelin.
La localidad realiza su particular apuesta por el turismo familiar en el que los más pequeños de la casa se convierten en los protagonistas gracias a los numerosos espectáculos que tienen lugar y actividades como el parque acuático, el karting, el minigolf, el tren turístico o los cruceros marítimos.
Respirar aire puro en plena naturaleza es posible debido a los múltiples itinerarios que adornan el paisaje de esta localidad marinera. La Ruta de los Olivares y el Camino de Ronda, entre l´Almadrava y Cala Montjoi, descubren a los ojos del viajero una Roses que transcurre por masías y cañadas encontrándose a poca distancia el Parque de Interés Nacional de Albera que cuenta con una de las mayores concentraciones de monumentos megalíticos de Cataluña, las marismas del Parque Natural dels Aiguamolls de l´Empordà o el Parque Natural del Cabo de Creus de casi 14.000 hectáreas.
Roses se mueve al ritmo de sardanas, habaneras, conciertos de música clásica, jazz, blues, espectáculos pirotécnicos y su célebre Carnaval, que muestra el calor de un pueblo acogedor. Además de esta festividad también es destacable la Fiesta Mayor, que se celebra el 15 de agosto con un programa repleto de actividades y culmina con espectaculares fuegos artificiales que iluminan toda la bahía rosense.