La capital de Ecuador, Quito, ya está ultimando todos los detalles para la celebración de la Navidad, la cual, en la cultura quiteña, muy influenciada por el catolicismo, representa una época de fiestas y tradiciones familiares. Los visitantes que visiten el Destino Líder en Sudamérica podrán vivir de cerca estas costumbres.
Las celebraciones comienzan en la última semana de noviembre, con el inicio de las Fiestas de Quito, que conmemorarán en este 2015 los 481 años de la fundación de la ciudad y se extenderán hasta el 6 de diciembre. El programa de este año incluye celebraciones ya consagradas como los desfiles de la confraternidad, la elección de la reina de la ciudad, la competición de coches de madera, el clásico campeonato de 40 (juego de cartas tradicional de Ecuador), diversos festivales de música, recreaciones de leyendas y tradiciones, exposiciones de arte, y un largo etcétera.
Estas festividades son la ocasión perfecta para reunirse con grupos de amigos o con la familia y recorrer sus calles saboreando un canelazo (bebida tradicional perfecta para las frías noches quiteñas) al tiempo que se exclama ¡Viva Quito! Estas fiestas revalorizan la cultura tradicional e identidad quiteña y ponen de relieve un rico patrimonio intangible, que se mantiene a lo largo de los siglos.
Posteriormente comienzan las celebraciones navideñas, las cuales no pasan desapercibidas gracias a los numerosos nacimientos y a su colorida iluminación. Y es que el culto a los belenes es un legado procedente de los tiempos coloniales que se ha mantenido hasta el día de hoy. El Centro Histórico cobra gran protagonismo durante esta temporada. Así, las iglesias y conventos barrocos abren sus puertas, mostrando a los visitantes las maravillas que albergan en su interior. Es el caso del convento del Carmen Bajo, cuyo interior guarda un belén compuesto por piezas originales de la época de la Colonia en excelente estado de conservación, y que abre sus puertas exclusivamente en Navidad. Se trata de uno de los pesebres más completos y bellos, con más de 500 imágenes que narran los Misterios Gozosos y otros momentos históricos de la ciudad y el país. Asimismo, cada año, se instala en lo alto del cerro de El Panecillo, uno de los miradores más populares de la capital ecuatoriana, un pesebre de metal de 20 metros de altura.
El 15 de diciembre da comienzo la “Novena”: un período de nueve días, durante el cual los quiteños transitan más intensamente por las calles y entonan los más dulces villancicos. A su vez, durante estos días, las familias y grupos de amigos se reúnen en los hogares para rezar y cantar conjuntamente. En las calles más concurridas, como en la tradicional La Ronda, el olor del incienso impregna el ambiente.
La gastronomía de esta temporada juega un papel muy destacado, y la cena de Nochebuena es la más copiosa y sabrosa del año. En ningún hogar quiteño faltará el tradicional pavo relleno y, de postre, los pristiños, unos deliciosos dulces tradicionales.
En Nochevieja, cobra especial importancia el sinfín de rituales que se llevan para recibir el nuevo año. Entre ellos, destaca la tradición de celebrar los “Años Viejos”, que consiste en quemar máscaras y muñecos realizados con ropa usada, madera o papel, que representan a los personajes de mayor actualidad del año que finaliza. La quema de estos monigotes tiene lugar una vez llegada la medianoche, con desfiles y concursos para escoger la mejor representación.
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