Durante los meses de verano, la amplia oferta turística convierte a Lisboa en un destino ideal para todo tipo de viajeros. Visitas culturales, un litoral muy diverso, planes orientados a los más pequeños, deportes acuáticos y un sinfín de actividades que garantizan un verano inolvidable a cada uno de los visitantes.
Un poco de cultura
Lisboa Story Centre. Este centro interactivo ayuda al visitante a descubrir los principales eventos ocurridos en la capital portuguesa durante el paso del tiempo a través de escenografía, contenido multimedia y experiencias sensoriales. La exposición está dividida en cinco áreas y cada una se centra en diferentes aspectos de la historia lisboeta.
Mosteiro de São Vicente de Fora. Se trata de uno de los elementos fundamentales del patrimonio monumental de Lisboa, siendo una de las construcciones religiosas más grandes de la capital. Abierto diariamente, los visitantes tienen acceso a la antigua cisterna, sacristía, panteón de los reyes de Braganza, claustros e, incluso, a su propio museo de arte sacro, con numerosas piezas de pintura, escultura, orfebrería y ornamentación.
Disfrutar del agua
Cruceros fluviales. Una de las actividades veraniegas más exitosas en Lisboa son los cruceros fluviales por el río Tejo. Existe un gran número de empresas que ofrecen esta actividad y la complementan con otros atractivos como experiencias gastronómicas a bordo, avistamiento de delfines y la posibilidad de bañarse en el río, entre otros.
Deportes acuáticos. Las actividades acuáticas como surf, kayak o vela están a la orden del día en Lisboa. Existen numerosos centros náuticos que ofrecen este tipo de planes para todas las edades e independientemente del nivel que se tenga. Muchos visitantes se atreven a hacer el bautismo de submarinismo o vela en aguas portuguesas.
Playas. Lisboa posee una gran oferta de playas en pueblos costeros muy próximos al centro. Algunas de las más frecuentadas son las de Costa da Caparica, con espacios para todos los gustos; Arrábida y Sesimbra, playas muy tranquilas y protegidas por la sierra del Parque Natural de Arrábida; Sintra, uno de los pueblos más bonitos del Atlántico; Ericeira, declarada Reserva Mundial de Surf; y Cascais, a tan solo una hora en tren del centro de Lisboa.
Con niños
Oceanário de Lisboa. Es el lugar perfecto para que pequeños y mayores conecten con el océano y sus 8.000 seres marinos. Ha sido reconocido en múltiples ocasiones como el mejor acuario del mundo y es uno de los más grandes de interior de toda Europa. Además de la exposición permanente, organiza algunas temporales muy interesantes que completan la experiencia.
Adventure Park. Se trata de un parque al aire libre cuya actividad principal es superar obstáculos y plataformas situadas en las copas de los árboles mediante puentes colgantes, túneles, tirolinas y toboganes. Además, ofrece otras actividades complementarias como tiro con arco, rocódromo, piragüismo, tenis y mucho más. Una experiencia esencial para vivir con la familia al completo donde la adrenalina será la protagonista.
Shopping
Mercados y ferias tradicionales. Una de las experiencias que hay que vivir sí o sí durante la visita a Lisboa son sus ferias y mercadillos típicos. Llenos de ambiente a diario, se pueden encontrar mercados artesanales, de productos de segunda mano o gastronómicos. Algunos de los más famosos son la Feira da Ladra, la Feira das Almas, el mercado de LX Factory y la Feira de Artesanato de Benfica. Es una buena oportunidad para comprar algunos souvenirs de recuerdo.
Centros comerciales. Una cómoda opción para realizar todas las compras en el mismo lugar. Los más destacados son el Centro Vasco da Gama, ubicado en el Parque das Nações; Armazéns do Chiado, para compras más sofisticadas; y Colombo Shopping Centre, uno de los centros comerciales más grandes de la Península Ibérica y todo un referente turístico.