Las tortugas son Héctor, Alicia y Marta, la hija de ambos. Y los tres portan un caparazón para protegerse de los recuerdos …
Así lo explica Nacho Guerreros, que junto a Raquel Pérez son la pareja protagonista de la obra “Sobre el caparazón de las tortugas”, que se representa desde el día 30 de marzo hasta el 23 de abril en la Sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez de Madrid.
¿DE QUE TRATA LA OBRA?
Alicia (Raquel Pérez) y Héctor (Nacho Guerreros) son una expareja divorciada desde hace tiempo, que se reúnen para hablar de los desajustes emocionales de su hija.
Como fondo el Jueves Santo de una Semana Santa sevillana, como escenario un patio andaluz y en primer plano el relato de la vida familiar de un matrimonio repleto de altibajos, en el que la profesión de ambos ocupó la mayor parte del tiempo compartido.
Los dos protagonistas disimulan su sentido de culpa y sus pecados en un tira y afloja de reproches que culmina con el descubrimiento de un hecho que nunca se debería haber producido.
Para su autor, Ignasi Vidal:
Un día decidí escribir sobre las contradicciones del ser humano. Esas que nos llevan a decir una cosa y hacer la contraria, esa necesidad imperiosa que tenemos de aparentar justamente lo contrario de lo que somos. Eso, llevado a extremos donde la falta de empatía ocupa el lugar que en el alma (cerebro) debería ocupar la compasión, puede dar como resultado la más aberrante de las situaciones…
Héctor: Te diré algo. Me duele decirlo, pero nunca tuvimos que adoptar a Marta.
Ali: Ah, no?
Héctor: Creo que ahí empezaron nuestras diferencias
Ali: No, Héctor, no te das cuenta. Nuestras diferencias empezaron mucho antes. Dame otro whisky.
Héctor: ¿Estás segura?
Ali: ¿De qué?
Héctor: De que quieres otro whisky
Ali: Si…
Los dos personajes, como muchas parejas o exparejas, se quieren y se odian, se buscan y se huyen, y como todas las parejas o exparejas se pierden en reproches mutuos.
Hay un tercer personaje que es el auténtico protagonista, la hija de ambos, la hija adoptada, Marta, que nunca aparecerá en escena pero que flota sobre ellos y sobre los espectadores que, posiblemente se removerán en sus asientos, ante la tragedia que se está desarrollando ante sus ojos. Una tragedia teñida con golpes de humor por aquello de hacer más respirable el ambiente.
Y para ensamblar todo esto, la directora Susana Hornos, formada en la Escuela Municipal de Zaragoza y el Teatro de la Estación, donde trabajó en los inicios de su compañía estable. Para continuar su formación y aprendizaje decidió viajar a Buenos Aires en 1999. A partir de entonces, su carrera ha estado vinculada a los dos países, especialmente a Argentina.
Autor: Ignasi Vidal
Dirección: Susana Hornos
Con: Raquel Pérez y Nacho Guerreros
Escenografía y vestuario: Anselmo Gervolés
Iluminación: Sergio Aguilera
Descalzos Producciones
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13 de abril (al término de la función): Encuentro con el público. Con el elenco artístico de la obra.