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En el año de Picasso, la Suite Vollard de las colecciones ICO viaja a Murcia
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En el año de Picasso, la Suite Vollard de las colecciones ICO viaja a Murcia

viernes 17 de febrero de 2023, 08:16h

En el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia se muestra la exposición Suite Vollard. Picasso. Colecciones ICO’. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 23 de abril.

Con esta muestra, una de las principales propuestas de artes plásticas de la temporada en la Región, la Fundación Cajamurcia ha querido sumarse a los actos conmemorativos del 50 aniversario del fallecimiento de Picasso.

Gracias a la colaboración entre la Fundación Cajamurcia y la Fundación ICO, la exposición permitirá al público disfrutar de una de las escasas series completas existentes de esta famosísima ‘Suite’, considerada la obra cumbre del grabado moderno.

La colección está compuesta por cien grabados realizados por Pablo Picasso entre septiembre de 1930 y junio de 1936. La serie toma el nombre de Ambroise Vollard, marchante, galerista y editor de su obra gráfica, cuya relación llega al punto más álgido con la ‘Suite Vollard’, fruto de un intercambio amistoso y comercial entre ambos.

La serie es concebida en momentos intensamente creativos de Picasso, quien en los años 30 se encontraba en plena madurez. Después de pasar por diferentes estilos, habiendo indagado y desarrollado el Cubismo, estaba familiarizado con todos los lenguajes y técnicas artísticas. Seguridad creativa que le permitió apartarse de las tendencias de vanguardia para volver a los modelos clásicos de expresión, decisión que le valió no pocas críticas de amigos y artistas inmersos en las corrientes más renovadoras. Es en esa etapa en la que el pintor malagueño fue desarrollando sus obsesiones personales en obras como las que componen ‘Suite Vollard’, con recurrentes alusiones autobiográficas.

La ansiedad, la melancolía, el erotismo y la tensión que se observan en los grabados tienen mucho que ver con el momento que vivió Picasso durante los años que estuvo dedicado a la realización de la serie. Es la época de su ruptura matrimonial con Olga Koklova y de su relación con Marie-Thérèse Walter, tras la que seguiría su conflictiva unión con Dora Maar. Pero es, también, el tiempo de la Guerra Civil en España, que tanto afectó al artista.

Variedad temática y de técnicas

La variedad temática, la amplitud del periodo de creación y las técnicas de grabado empleadas (el artista demostró su maestría en todos los métodos posibles de grabado: punta seca, buril, aguafuerte y aguatinta) permiten infinitas combinaciones de exposición de la ‘Suite Vollard’. En esta ocasión, además de tres retratos de Vollard, las estampas se articulan en torno a cinco bloques temáticos: ‘El estudio del escultor’, ‘La batalla del amor’, ‘El Minotauro’, ‘Rembrandt’ y ‘Temas varios’.

En el primero de ellos, formado por cuarenta y seis grabados, la modelo que aparece representada es su amante, Marie-Thérèse Walter, con formas sensuales y atractivas que recuerdan a las figuras neoclásicas. Es en la década de los 30, cuando empieza a realizar esculturas con formas clásicas. Mezcla ficción y realidad, las leyendas mitológicas y el mito de Pigmalión le fascinan. Hércules, Venus, efebos, escultores jóvenes y viejos –que evocan a Picasso– y Marie-Thérèse son los protagonistas.

El vínculo entre el artista y la modelo, tema recurrente a lo largo de su trayectoria creativa, también está presente en otro pequeño apartado de la ‘Suite’. Se trata de ‘La batalla del amor’, donde la relación erótica se hace mucho más violenta, incluso agresiva. Las pulsiones del enamorado Pablo Picasso le llevan a dibujar obras de gran tensión sexual, dejando entrever la fuerte atracción que sentía por su jovencísima compañera Marie-Thérèse Walter.

Más tiernas y melancólicas, a la vez que dramáticas, se presentan las planchas de ‘El Minotauro’, el otro gran tema que domina la ‘Suite Vollard’. El artista se identifica con este personaje enigmático, con su impulso sexual y criminal, pero también con su ternura y su soledad, con su sufrimiento. “La figura mitológica del minotauro que tanto le gustaba a Picasso no podía faltar en su ‘diario personal’ de esos años, pues reflejaba esos dos lados que el artista tenía: la bestia y el ser humano, la brutalidad y la ternura, la locura y la cordura, todo reunido en un mismo ser”, comenta la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa.

Siguiendo con sus preocupaciones personales, Picasso no se olvidó de incluir a los maestros del arte a los que tanto admiraba; de ahí que la figura de Rembrandt aparezca en cuatro grabados. Además de sus vínculos artísticos, Picasso se sentía cercano al pintor holandés porque compartía con él la sensación de sentirse atrapado en una relación amorosa conflictiva.

En la sección de ‘Temas varios’ se aglutinan veintisiete estampas que, aunque no siguen una secuencia lógica, están interrelacionadas y responden a la espontaneidad creativa del maestro, cuyas circunstancias vitales quedan plasmadas en el papel como si de un diario íntimo se tratara. Son grabados que reproducen sus preocupaciones estéticas, ilusiones amorosas y estados anímicos.

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