Top 6 “Fiestas y Romerías” más sorprendentes del verano

Este rito ancestral declarado de interés turístico internacional se desarrolla en Anguiano durante sus fiestas patronales, que van del 21 al 25 de Julio, en honor de su patrona María Magdalena. Aunque sí se sabe que esta celebración se remonta al año 1603, no se sabe muy bien cual es exactamente su origen, unos dicen que la danza hace referencia a ritos paganos y religiosos con el fin de propiciar buenas cosechas, otros que el baile tiene la intención de fortalecer al sol en su curso hacia el cielo durante el solsticio de verano y otros simplemente lo relacionan con primitivos rituales vascos.

El recorrido empieza el 22 de julio a las 14 horas en las puertas de la iglesia. Tras bajar siete peligrosos escalones, los mozos, que suelen ser jóvenes entre 15 y 25 años nacidos en el pueblo, se ajustan a la rodilla los zancos tallados en madera de haya de 45 cm, que terminan en punta, mediante una horquilla que los mantiene unidos al tobillo, se colocan el chaleco de colores y la falda amarilla, prenda clave, porque en los giros forma una campana de aire que, además de dar un bello espectáculo, los mantiene en equilibrio. Y ya por fin, llega el momento de lanzarse por la Cuesta de los Danzadores sin parar de dar vueltas mientras el Cachiberrio recita los versos a la Santa y los músicos, (suelen ser tres, dos gaiteros y un tamborilero) se encargan de tocar las diferentes piezas musicales que hacen danzar a los mozos. Un maravilloso espectáculo que el que no pueda ver a las dos de la tarde, tiene otra oportunidad de contemplar a las 20 horas ese mismo día.

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“Los Moros y Cristianos” son las fiestas más importantes de Villajoyosa, declaradas de Interés Turístico Internacional en el 2003, se celebran desde hace más de 250 años, en honor a Santa Marta, y conmemoran los hechos sucedidos en 1538, cuando los piratas berberiscos comandados por Zalé-Arraez intentaron atacar la ciudad. Según cuenta la tradición, Santa Marta acudió en ayuda de los habitantes de la villa, provocando una riada que arrasó los barcos enemigos e impidió que los corsarios llegaran a la costa. Como agradecimiento, el pueblo le nombró su patrona y a ella le dedican todos los años estos festejos, cuyo acto central es la representación del desembarco moro.

Las fiestas comienzan el 25 y 26 de julio con maravillosos desfiles por parte de los dos bandos, el moro y el cristiano, las distintas agrupaciones que forman cada una de las comitivas recorren las calles con aire majestuoso, siguiendo el son de la música. En la madrugada del día 28 se realiza el espectacular desembarco. Sobre las cinco de la mañana la gente empieza a acudir a la playa y, mientras los cristianos preparan la artillería de defensa en la orilla, más de 30 embarcaciones musulmanas se acercan a la costa. Tras tomar tierra, ambos ejércitos luchan hasta llegar a los pies del castillo, que finalmente es ocupado por los moros. Por la tarde, las tropas cristianas vuelven para reconquistar la fortaleza: primero, intentan que los ocupantes se rindan, pero al no tener éxito las negociaciones, comienza una gran batalla que termina con la derrota de los moros, que son devueltos simbólicamente al mar.

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Hablar de San Xosé de Ribarteme es hablar de una de las romerías más antiguas y curiosas de Galicia, la de Santa Marta de Ribarteme, donde cada 29 de julio se celebra la procesión de los ataúdes, mezcla de ritualidad simbólica y religión, cada vez más visitada y conocida. El santuario, así como su alrededor, transpira espiritualidad y devoción típica de la Galicia profunda.

A las 12 del mediodía se celebra la misa solemne a la que acuden multitud de devotos y romeros. En la procesión posterior se puede ver a penitentes introducidos en un ataúd solicitando la intervención milagrosa de la santa con el fin de sanar de una grave enfermedad o como muestra de agradecimiento por algún favor concedido. Son portados por los familiares, que dan gracias a Santa Marta por llevar a hombros a un ser querido vivo. Al mismo tiempo que esto sucede unos dan la vuelta a la iglesia de rodillas, muchos otros desfilan junto a los féretros portando velas encendidas mientras las campanas replican y la imagen de la Virgen de Santa Marta encabeza la procesión respaldada por las de la Virgen del Carmen y las de San Benito con un sonido de fondo de fieles entonando salmos y oraciones y la banda de música acompañando todo el conjunto. Algo digno de ver que estremece a cualquiera.

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El municipio granadino de Bérchules, celebra cada año el primer sábado de agosto su particular Nochevieja veraniega. Una fiesta en la que no falta la nieve artificial, una charanga, un concurso de belenes, villancicos, turrones, polvorones donados por la empresa La Estepeña y por supuesto las uvas y las doce campanadas.

Todo comenzó en la Nochevieja de 1994, cuando un fallo eléctrico dejó al pueblo sin luz desde las ocho de la tarde del día 31 de diciembre hasta el mediodía del 1 de enero. Ese año, decidieron celebrar su particular fiesta de fin de año en agosto. En 1997 se fundó la Asociación Bérchulera de Nochevieja en Agosto (ABNEA), encargada de organizar la fiesta todos los años y de promocionar el turismo y la cultura en este pueblo andaluz.

La fiesta se desarrolla en las tres plazas del pueblo. El centro de la celebración se realiza en la plaza de la Iglesia donde se congregan más de 10.000 personas para tomar las uvas al son de las campanadas del reloj de la iglesia. Luego hay verbena para todos los gustos en la plaza de la Constitución y en la plaza de Abastos hasta la mañana siguiente.

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La Romería Vikinga, declarada de Interés Turístico Nacional, se celebra en Catoira el primer domingo del mes de Agosto desde el año 1960, y supone la puesta en escena por parte de miles de personas disfrazadas, de una batalla entre galaicos y vikingos, entorno a las emblemáticas Torres del Oeste, un antiguo enclave romano reconstruido en el siglo IX (uno de los legados arqueológicos e históricos más importantes de Galicia que durante siglos resistió el ataque de ejércitos) que hoy en día conserva dos de las torres de época prerrománica y una capilla que data del siglo XII, la del Apóstol Santiago, que sólo abre sus puertas el día de la romería.

La fiesta comienza sobre las 10 de la mañana, con la actuación de grupos folclóricos por las calles de Catoira y en las Torres del Oeste. En este sitio se instala un mercadillo medieval y, a mediodía, se obsequia a los romeros con mejillones y vino del Ulla. Más tarde, llega el plato fuerte de los festejos: el desembarco. A bordo de la réplica de un barco vikingo del siglo XI llegan los invasores del norte a la costa con el objetivo de tomar las Torres del Oeste. Los habitantes de la villa intentan resistir y es entonces cuando se produce una batalla simulada, donde los participantes acaban completamente empapados de vino. Tras la lucha, todos disfrutan de una comida campestre de confraternización, amenizada con el sonido de las típicas gaitas y con productos de la tierra como pulpo, sardinas asadas, empanadas...

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La devoción hacia la Virgen de la Palma en Algeciras surge a finales del siglo XVII, cuando un barco procedente de Italia buscó refugiarse de un fuerte temporal en el puerto de la ciudad. Una vez que el temporal amainó el barco intentó retomar su rumbo, pero, cada vez que el barco intentaba salir de la bahía, un nuevo temporal se lo impedía. Así ocurrió hasta que decidieron desembarcar una imagen de la Virgen que portaba una palma en la mano que llevaban en un cajón en la bodega. Momento en el que las aguas se calmaron y los temporales cesaron. Este acontecimiento fue interpretado como una señal de que la Virgen se negaba a abandonar Algeciras. Tiempo después, la Virgen de la Palma terminaría por convertirse en Patrona y Alcaldesa perpetua de la localidad.

La romería marinera tal como y se la conoce hoy es una iniciativa de la Sociedad Federada de Pesca Deportiva El Mero que en 1975 decidió encargar una réplica de la Virgen de la Palma de 1,10 metros de altura y de unos 100 kilos de peso al escultor Nacho Falgueras y organizar esta procesión y que en el 2014 fue declarada como de Interés Turístico de Andalucía. Durante todo el año, la imagen de la Virgen descansa en una cueva a unos 15 metros bajo el nivel del agua de la bahía cuidada por unos buzos que cada mes bajan a limpiarla de algas y a impedir que las corrientes y mareas la desplacen de su refugio.

En la mañana del 15 de agosto, más de 40.000 personas se agolpan en la orilla de la playa del Rinconcillo. Barcos engalanados salen del puerto de Algeciras para adentrarse en la bahía y, desde ellos, varios buzos se sumergen en el agua para rescatar a la Virgen de su cueva. En torno a la una y media de la tarde, la comitiva saca a la Virgen del mar a hombros y la conduce hasta la playa, donde es limpiada. Posteriormente, ésta es trasladada hasta la plaza de la Virgen del Mar, donde es venerada por vecinos y visitantes hasta las once y media de la noche, momento en el que la imagen es devuelta de nuevo a su refugio submarino. Al filo de la medianoche, los fuegos artificiales, marítimos y terrestres, la despiden hasta el año siguiente.

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