¿Qué urbanita no ha soñado con cambiar el ritmo frenético del día a día en la ciudad, por el contacto con la naturaleza, el relax, las increíbles puestas de sol o las espectaculares panorámicas de la montaña nada más despertarse?
Muchos sueñan con ello y pocos llegan a conseguirlo. En este grupo privilegiado de soñadores que lo han conseguido, nos encontramos a los propietarios de El HOTELITO, primer hotel con denominación agrochic, dos personas con amplia experiencia en el sector turismo y viajes dentro y fuera de nuestro país. Estamos hablando de la pareja formada por Cándido Ruiz Pérez, ex director de ventas de Air France y Christina Aagesen ex directora adjunta de Maison de la France.
Ambos, han dejado a un lado, su frenética vida en la urbe en sus respectivos puestos de trabajo, para embarcarse en un proyecto propio, innovador y no muy alejado del sector turismo que tanto dominan.
Ponen en marcha en mayo del 2011 el primer hotel con una denominación de alojamiento antes no conocida, denominación agrochic.
Agro: Se refiere al entorno rural en el cual está ubicado El HOTELITO. Está en la provincia de Ávila (hora y media de Madrid), exactamente a las afueras del pueblo de Navaluenga, a orillas del río Alberche, en plena montaña y en contacto directo con la naturaleza.
Chic: Se refiere a su decoración minimalista, sus instalaciones modernas y elegantes con la última tecnología en iluminación, espacios abiertos con grandes ventanales que permiten tener unas panorámicas espectaculares de la montaña, colores pensados por y para el relax, la tranquilidad, y sobre todo "chic", por la sensación que da EL HOTELITO de estar alojado a medio camino entre en un hotel rural y un hotel de lujo.
EL HOTELITO, se trata de un hotel agrochic, compuesto por 12 habitaciones dobles, la mayoría con terraza o jardín privado y una decoración minimalista en la que se puede percibir toques, que van acorde con la personalidad de sus creadores. Por un lado, está el toque masculino de Cándido Ruiz (apasionado de los caballos y la hípica), reflejado en la utilización de materiales de hierro, madera y cuero que nos hace recordar al mundo de la hípica. Y por otro lado, los toques femeninos de Christina Aagesen (de nacionalidad danesa), reflejado en la estructura enorme de sus ventanales, colores y objetos, que quien ha viajado por Europa le hará recordar a Dinamarca.
EL HOTELITO, no solamente intenta cambiar en la experiencia de los viajeros, lo que hasta ahora se conocía como hotel rural. Sino que también, quiere acercar este nuevo concepto de hotel agrochic a las empresas, a través de viajes de incentivos o reuniones de empresas con espacios en el hotel totalmente adaptado para ello, y con el toque característico y diferencial de El HOTELITO.
Una de las características a destacar de EL HOTELITO, es que sus creadores, han ido más allá de dar exclusivamente un servicio de alojamiento a sus huéspedes en plena naturaleza, han creado las conocidas como experiencias, que ahora están tanto de moda en el sector turismo y viajes. Se trata de emocionantes y novedosas actividades, relacionadas todas ellas con el entorno rural, proporcionando de esta forma a sus huéspedes la oportunidad de vivir una experiencia no solo de alojamiento rural, sino de poder realizar actividades propias del entorno que les rodea.
Entre las actividades a destacar, encontramos la posibilidad de poder realizar actividades de cetrería, astronomía, dibujo y pintura de pájaros, navegar en velero por el río, excursiones en caballos…
Una de las esencias que recuerda el huésped nada más marchare de EL HOTELITO, es el trato cercano, directo y casi familiar de sus dueños. Acostumbrados gracias a sus importantes trabajos en la ciudad de relacionarse "Face to Face" con clientes, empresas, medios de comunicación…han querido llevar esa característica profesional de su trabajo en la ciudad a EL HOTELITO; dando lugar a un elevado porcentaje de comentarios en portales de viajes tales como Tripadvisor, blogs, foros viajeros…, donde elogian sobre todo el trato cercano y familiar de Cándido y Christina; siempre dispuestos a hacer de la estancia del huésped un sueño rural.