Perú es un país latinoamericano reconocido por sus 12 patrimonios mundiales de la UNESCO. La región de Cusco, situada al sureste del país, goza de una herencia natural llena de belleza al estar ubicada en una situación privilegiada a más de 3000 metros y ser reconocida históricamente por ser la antigua capital del imperio inca. A todo esto, se le suman los parajes naturales emblemáticos que hay en el territorio, como el mítico Machupicchu, la montaña de Palcoyo, el valle sagrado de los incas, las rutas por los templos incas y la laguna Humantay.
El legendario Machupicchu
Catalogada como una de las siete maravillas del mundo, el Machupicchu es el principal emblema de la región de Cusco. Esta ciudad sagrada inca, construida en el 1450 y redescubierta en 1911 para el mundo por Hiram Bingham, se encuentra en pleno corazón de los Andes peruanos y está denominada como una de las obras más trascendentales de arquitectura e ingeniería de este imperio. Rodeada de una imponente cordillera y andenes verdes, se conforman grandes bloques de piedra unidos entre sí, para mostrar uno de los centros religiosos, culturales y políticos que como paisaje superan cualquier expectativa. Es, sin duda, el símbolo y el máximo orgullo de Perú.
Y es que la región de Cusco va más allá del Machupicchu.
El valle sagrado de los Incas
En la cordillera del Urubamba se encuentra el Valle Sagrado, denominado ‘Tierra bendecida por el Inti’, el Dios del Sol. Este atractivo turístico, a los pies del Machupicchu, queda dibujado por enormes extensiones de campos verdes que poseen una increíble belleza natural, rincones arqueológicos y pueblos pintorescos como el de Moray, rodeado por las canteras de sal de Maras en el que se conservan sus tradiciones nativas. Este lugar es conocido por la práctica de deportes al aire libre como las rutas en bicicleta o el trekking. Otro encanto es el mercado artesanal de Pisac, que se encuentra en medio del recorrido hasta el Valle Sagrado.
Sitios arqueológicos incas de Cusco
Los sitios arqueológicos de la civilización inca son uno de los principales reflejos de la historia activa de Perú. Una buena opción para descubrirlas es realizar un tour que empieza en Tambomachay, el templo del agua, sigue hasta las de Pukapukara -una construcción militar-, se continúa por Qenqo, conocido como el laberinto porque en su interior está lleno de galerías subterráneas, y se termina a dos kilómetros al norte de la capital de Cusco, donde se encuentra una fortaleza inca llamada Sacsayhuamán con muros de piedra seca construida en el siglo XV. Fue terminada en el siglo XVI por Huayna Cápac. El descenso se realiza sobre una naturaleza que brinda marcos incomparables.
La montaña de los siete colores en Palcoyo
A 5200 metros de altitud se encuentra la montaña de los siete colores, en Palcoyo. Este fenómeno de la naturaleza es una sugerencia turística de las más reconocidas en todo Perú. La compleja combinación de minerales que hay en las laderas de la montaña hacen que esta se tiña de rojo, morado, verde, rosado, amarillo y otros como si de una paleta de colores se tratara. De aquí, la denominación de su nombre y la similitud con el arcoíris. El clima frío de la zona debido a la altura no impedirá visitar esta joya ubicada en un paraje excepcional, que permite empaparse de animales, bellos escenarios naturales y vistas asombrosas.
La laguna turquesa Humantay
La Laguna Humantay es uno de los paisajes más espectaculares de Cusco. Emplazada a unos 5473 metros de altitud y a los pies del nevado Salkantay, es uno de los distintivos turísticos más visitados del país. Esta laguna de aguas turquesas ideal para los más aventureros se puede visitar en la llamada Salkantay Trek, un trekking de cinco días que finaliza en el Machupicchu y que permite adentrarse en la naturaleza más cautivadora de Cusco con el fin de desconectar a medida que se avanza en el recorrido y poder sentirse abrazado por una belleza exterior única.