Como todos los últimos miércoles de agosto, miles de personas llegan esta semana a Buñol, en Valencia, para darse un terapéutico baño de tomate en uno de los festivales más pintorescos del país: La Tomatina. Se dice que esta tradición, que durante una hora tiñe de rojo este pueblo de alrededor de 10.000 habitantes, tiene sus orígenes en una pelea local, y se ha vuelto tan popular que este año celebra ya su 75.ª edición.
La empresa de tecnología de viajes Kiwi.com ha detectado que esta semana es la segunda más demandada para viajar a Valencia entre agosto y septiembre. Las reservas han crecido un 8,7 % respecto a la semana pasada y son también un 47 % superiores a las de la semana que viene. Las principales reservas de viaje para estos días a Valencia proceden, mayoritariamente, de Palma de Mallorca y Málaga en el ámbito doméstico y de Bucarest, Viena, Milán, Berlín y Londres en el internacional. En conjunto, los datos de la compañía indican que españoles, rumanos, italianos, alemanes y franceses son las principales nacionalidades que visitarán la zona de Levante.
Un 39 % de las reservas corresponde a viajes de hasta tres días, mientras que un 54 % permanecerá en el destino mediterráneo entre cuatro días y dos semanas. El gasto medio en transporte en Kiwi.com se sitúa en 140 euros, un 14 % menor que el de 2019.
Tras dos años de parón debido a la pandemia, se espera que alrededor de 20.000 personas participen en la mayor batalla de tomates del mundo este año, con más de 120 toneladas de tomates maduros como munición.