Turismo de Israel presenta una nueva propuesta turística para conocer las gentes, las actividades y los oficios típicos de la zona más baja del planeta.
Los turistas y visitantes de la zona del mar Muerto pueden, a partir de ahora, disfrutar de una nueva propuesta turística conocida como La ruta más baja del mundo, que permite realizar una visita aún más significativa, auténtica y experiencial al lugar más bajo del planeta. El proyecto, fruto de la colaboración entre los tres consejos regionales en el área, facilita que los visitantes puedan planificar rutas independientes para individuales, familias y grupos a varias atracciones y sitios de interés gracias a la oferta turística ofrecida por los residentes de la zona y publicada en la web.
El proyecto se fundamenta en el trabajo de los “Embajadores”, que es el nombre que reciben los residentes en la zona del mar Muerto y que ofrecen servicios turísticos. Gracias a ellos, el visitante puede realizar actividades como paseos en camello, visitas a artistas locales, cursos de cocina del desierto, catas de vino israelí, navegaciones por el mar Muerto y sus arroyos.
Destacan, entre sus más de 30 experiencias, vivencias como la cena preparada por Guy Pestrov, chef itinerante que viajó por España, Portugal y América Latina antes de asentarse en Arad; o el taller de cerámica a cargo de Esti Barak, artista ceramista que enseña sus técnicas de fabricación de potes en su taller rodeado por el desierto. Para los que gusten de andar, Asaf Hershtig guía rutas de trekking en plena noche del desierto en espacios iluminados solo por estrellas, por la luna y donde no hay señal de móvil. Y para aquellos interesados por remedios naturales, Yonat abre su rebotica en Moshav Har Amasa para enseñar al visitante cómo se usa y usaba la rica flora del desierto para confeccionar medicinas y jabones naturales.
Los viajeros podrán recoger de los embajadores un novedoso pasaporte de la zona del mar Muerto que podrán "sellar" al visitar a otros embajadores a lo largo de la ruta. El viajero podrá, previo al viaje, trazar un mapa de los lugares que desea visitar, incluyendo horarios y distancias, e incluso coordinar su llegada con antelación y su estancia.
Con el desarrollo como marca turística internacional de La ruta más baja del mundo, se pretende aumentar el tráfico turístico en la zona.