Aire puro y caminos sin coches. Juegos en las calles y campos abiertos. Romerías, verbenas, Moros y Cristianos, ferias en honor a vírgenes y santos. Un patrimonio que abre sus puertas de noche, teatro, poesía; moliendas nocturnas en los ‘gigantes’ de Don Quijote que pueden sorprenderte en mitad de una lluvia de estrellas. Conciertos en mitad de una cantera y viñedos iluminados por un cielo plagado de fuegos artificiales. Es el verano en la Ruta del Vino de La Mancha.
Sea por unos días o sea por todos, pero no puede faltar. El verano no es verano sin ese recuerdo que huele a infancia, que te llena el alma de olores y la tripa de sabores de antes, de sabores de siempre; de los que revuelve la abuela. Esas emociones que permanecen dormidas y despiertan de repente con el olor del verano. Las verbenas, las romerías, la mesa corrida abarrotada de cosas en el sol y sombra del mejor árbol del pueblo, los bailes, la orquesta… mojar el postre en el vino que sobró del almuerzo, sobremesa de cartas y salir a tomar la fresca.
La Reconquista alcazereña, de la Noche de San Juan a la Edad Media
La temporada estival arranca en la Ruta del Vino de la Mancha con la fiesta de Moros y Cristianos de Alcázar de San Juan (24-26 de junio). Acercarse a esta localidad manchega a inaugurar el verano es viajar al pasado. Aquí se rememora uno de los episodios más importantes de la historia de España: la Reconquista. La magia de la noche de San Juan da paso a la Edad Media.
Declarada de Interés Turístico Regional (2016) empieza el día 11 con el izado de banderas en la Torre del Gran Prior; ya el día 24, el desfile infantil y la batalla de flechas en la Plaza de Toros hace las delicias de los más pequeños. El día 25 llega el momento más esperado: la Entrada Mora y Cristiana, el desfile principal de este fin de semana de festejos.
Templarios, almoraimas, jenízaros, almorávides… Sus trajes impecables visten a este municipio de una atmósfera especial en la que merece la pena envolverse. Música y danza, fuego de Arcabucería, escuadras de Al-Kasar, carrozas, boatos y visitas guiadas al complejo palacial. En el parque Alces, el Mercado Medieval es un hervidero desde el primer día. Tenderetes, juglares, malabaristas, pasacalles y zancudos… Es la vida alcazareña, la mora y cristiana. No hay verano en La Ruta del vino de La Mancha sin Moros y Cristianos. No hay verano sin su fiesta medieval.
Coches de época, Santiago el caballero y suelta de vaquillas
La Romería de San Cristóbal es atractiva en Villarrobledo y Pedro Muñoz en torno al 10 de julio (día grande del patrón de los conductores). El santo va en procesión a su ermita al compás del claxon de camiones, que celebran la bendición de San Cristóbal. Una exposición de automóviles y motocicletas de época que recorre las calles de estas dos paradas de la Ruta del Vino de La Mancha para deleite de los amantes del motor de siempre, del rugido de antes y también del de ahora. Una excusa perfecta para acercarse a conocer estos dos municipios manchegos que tienen mucho que ofrecer aparte de una buena copa de vino.
La Corrida de la Bandera es cita ineludible el 25 de julio en Villarrobledo; una tradición que se remonta al S. XVI en la que la imagen del Apóstol Santiago procesiona por las calles de la localidad en su condición de caballero. Danzas tradicionales y verbenas populares reúnen a numerosos veraneantes y turistas, que se rinden a las costumbres de la Ruta del Vino de la Mancha.
La Solana es la encargada de cerrar el mes de julio con sus Fiestas de Santiago y Santa Ana (entre el día 22 y el 27), una de las ferias más destacadas de Ciudad Real. Conciertos, orquestas, grupos folclóricos y artesanías llenan las calles de la localidad de alegría y tradición. Una banda sonora especial para acompañar las veladas de buen comer y mejor vino que nunca faltan en la Ruta del Vino de La Mancha. “Vino entre Barricas” ameniza los meses de julio y agosto celebrando vino y música en las bodegas de la localidad, mientras que los concursos agrícolas y la suelta de las vaquillas son, sin duda, los momentos más emocionantes de estos días. Los curiosos aparecen por cualquier esquina de la localidad dejándose sorprender con la belleza de La Solana.
Agosto de música y romerías
El olor a pólvora invade la primera semana del mes en Pedro Muñoz; su estallido es la señal de que empiezan las Fiestas en honor a la patrona, la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles. El 2 de agosto es el día grande y Mayeras y Rondadores lucen sus trajes tradicionales; es el pasacalles que, con la banda de música, llenan el pueblo de alboroto. ¡Pedro Muñoz está de feria! Hay puestos de comida, actividades infantiles, bailes y Noche de Gala y concierto. Es el verano de la Cuna del Mayo Manchego.
En El Toboso, Villarrobledo o Socuéllamos los planes se multiplican en estas fechas y el vino siempre es el hilo que todo lo hilvana. Al caer el sol, la llanura manchega despliega todos sus encantos. Al abrigo del calor, podrás disfrutar de un buen vino bajo las estrellas o de un paseo con aires de nobleza entre muros de caballeros y posadas de hidalgos. El entorno es perfecto para disfrutar del verano y descansar. Villarrobledo ofrece todo un ‘verano cultural’ lleno de literatura y teatro en las calles. El 15 de agosto los vecinos llevan su ofrenda a la Virgen de la Caridad y en los Jardinillos Municipales suena la música sin descanso. Hay baile, corrida de toros y espectáculos para los más pequeños. Nadie se queda sin disfrutar del verano en Villarrobledo.
En El Toboso, las fiestas se concentran en torno al día 28, pues todo se hace en honor a San Agustín. El pueblo sale a acompañarlo en su procesión y disfruta de varios días de música y alegría. No faltan las pinceladas literarias que recuerdan siempre al forastero que estamos en tierra de Dulcinea, el amor de Don Quijote.
Vino bajo las estrellas en Socuéllamos
No muy lejos celebra Socuéllamos su Feria de Agosto en honor al Santísimo Cristo de la Vega, su patrón. Entre el día 8 y el 14, el mayor viñedo en pie de Europa se ilumina en la noche con la explosión de los fuegos artificiales. ¡El paisaje es indescriptible! La música llena cada rincón de esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha. Una cita llena de tradición y planes cargados de tranquilidad y aire puro.
Bajo el sugerente título “Vino Bajo las Estrellas”, esta localidad celebra también conciertos en las noches de verano maridados con música en directo a los pies de la Torre del Museo Torre del Vino. Las bodegas dan a conocer sus vinos en una cata en la que cada vino marida con una canción. Disfrutar del resto del concierto es la ocasión ideal para apurar las últimas copas y disfrutar de una auténtica noche manchega bien ambientada y bajo un cielo estrellado.
Los primeros mostos de Tomelloso
Tomelloso no se queda en silencio. La última semana del mes es ‘La Feria’, una de las más importantes de Castilla La Macha, con conciertos tan sonados como Viva Suecia (26 de agosto), India Martínez (27 de agosto), M-Clan (28 de agosto) y, para los más pequeños, Cantajuegos (29 de agosto). La Plaza de España y los Jardines del Parque son el centro neurálgico de donde surgen los mejores planes. El primero es la Fiesta de la Vendimia. La gente se afana en obtener los primeros mostos de la temporada, que serán además ofrenda para la Virgen de las Viñas, patrona de la ciudad, que concentra todas las miradas el día 24. El día 26 es La Fiesta del Vino, en la que se pueden degustar los vinos de siete bodegas de la ciudad por la noche en los Jardines del Parque. Es el día grande. El folclore invade las calles de Tomelloso con su Festival Internacional que acerca a la localidad a numerosos amantes de la tradición artística. El broche de oro lo pone la Fiesta de las Letras, un certamen literario que lleva 71 años ganándose a pulso su reconocido prestigio.
Molienda nocturna y teatro
El Cristo de Villajos llega desde su ermita a Campo de Criptana el primer jueves de agosto; el Jueves del Cristo. Es momento de prepararse porque la Feria y las fiestas en su honor empiezan el día 23. La Fiesta Ye-Yé en la Sierra de los Molinos da el pistoletazo de salida a una semana llena de planes irresistibles en los que la música será protagonista. El roquero Miguel Ríos será el encargado de la noche del 24 (el día grande) en el Auditorio Municipal. El Día de la Juventud y el Día de la Poesía darán paso a la Oreja de Van Gogh (el día27) y la Revista de Variedades, que cerrará el programa de fiestas. Conviene asegurarse de que un sábado al menos estás en Campo de Criptana, porque la molienda nocturna en el Molino de la Burleta merece mucho la pena con su teatralización quijotesca y puede que hasta lluvia de perseidas. ¡No se le puede pedir más al verano!
Y en la Ruta del Vino manchego no puede faltar el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quería acordarse Miguel de Cervantes: Argamasilla de Alba. En su Cueva de Medrano dicen que nuestro autor más universal se inspiró para comenzar a escribir las primeras andanzas de Don Quijote. Aquí, en este mágico lugar, tienen lugar a mediados de mes las Jornadas de Teatro ‘Cueva de Cervantes’; una celebración de la cultura por todo lo alto en un enclave extraordinario que acoge, casi de forma simultánea, el XX Curso Internacional de Dirección de Bandas de Música. El derroche de arte es constante en el agosto de Argamasilla de Alba.
Música entre molinos de viento y Noche del patrimonio
La última parada de la ruta te llevará hasta Alcázar de San Juan y su Ciclo Escenarios de Verano con cerca de 30 espectáculos musicales, circo, danza… en diferentes plazas y lugares con encanto de la ciudad. Uso de los espacios de lujo (días 28, 29 y 30 de julio) es el auditorio natural de la cantera de los molinos en el Cerro de San Antón. Disfrutar de la música rodeado de molinos y viñedos es una experiencia para los sentidos que solo podrás experimentar en la Ruta del Vino de La Mancha.
Pero agosto es mucho más que música y molinos en Alcázar de San Juan. Esta localidad manchega celebra desde hace años a principios de agosto su Noche del Patrimonio (6 de agosto), en la que abre las puertas de todos sus espacios turísticos y culturales de manera gratuita. Las calles lo celebran con teatro, música y danza. No puedes perderte la oportunidad de festejar así el patrimonio manchego. Porque el verano da para mucho, pero en la Ruta del Vino de La Mancha da para todo.