Más de 500.000 personas visitaron este asentamiento neolítico durante el 2021, el número más alto de visitantes de su historia moderna. Con 12.000 años de antigüedad, este yacimiento atrae tanto a turistas nacionales como internacionales desde que en 2018 fue distinguido como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Se espera que este 2022 los visitantes que se acerquen a la atracción turística de Turquía vuelva a superar la cifra del año anterior.
Situada a 15 kilómetros al noreste de Şanlıurfa, cerca del pueblo de Örencik, Göbeklitepe ha atraído tanto a visitantes locales como extranjeros desde su descubrimiento. El sitio de Göbeklitepe de 11.500 años de antigüedad, que alberga los monumentos religiosos más antiguos del mundo, fue visitado por un total de 567.453 personas en 2021, rompiendo récords de visitantes anteriores a pesar de los efectos de la pandemia.
Su inclusión en 2018 como Patrimonio Mundial de la UNESCO, derivó en un aumento del turismo, ofreciendo nuevos conocimientos sobre el periodo Neolítico. Además, se espera que el número de visitantes continúe al alza durante este año 2022.
Una nueva mirada al Neolítico: Göbeklitepe
Construido decenas de siglos antes de la invención de la escritura y la rueda, 7.100 años antes de las pirámides egipcias y 6.100 años antes de Stonehenge, Göbeklitepe cuenta una historia que se remonta al año 9.600 a.C. Este yacimiento cambió la narrativa sobre las comunidades de cazadores-recolectores del Neolítico, ya que aportó grandes pruebas que indican que estas sociedades estaban más avanzadas de lo que se pensaba hasta entonces.
Los obeliscos en forma de T que forman el Göbeklitepe (alcanzan los 5,5 metros) son los primeros ejemplos de arquitectura monumental hecha por el hombre. Tallados en sílex en una época en la que todavía no se utilizaban herramientas metálicas y con formas geométricas, motivos animales y representaciones humanas, estos obeliscos recuerdan a una narración mitológica, lo que deja patente que el lugar era un centro de culto. Además, destacan por ser las esculturas más antiguas del mundo y las obras artísticas más antiguas de la historia de la humanidad. Aquí también se encuentran los primeros ejemplos de la transición a la vida sedentaria, demostrando que las comunidades neolíticas ya poseían una organización social y que se reunían con propósitos religiosos.