La isla promueve sus vías ciclistas con el objetivo de difundir el patrimonio del destino a través de una movilidad sostenible.
La larga tradición ciclista de Mallorca encuentra sus raíces en el clima cálido que inunda la isla durante todo el año y su orografía distribuida en 2.071 km de carreteras y caminos locales, en los que se encuentran disponibles 16 rutas cicloturistas sostenibles para los amantes de este deporte, ya sean profesionales o aficionados.
Con el fin de promover las bondades del patrimonio mallorquín a través de una movilidad sostenible, el Consell ha lanzado un conjunto de vídeos explicativos de dichos circuitos agrupados en 4 áreas distintas constituyendo una red homogénea, señalizados según el tipo de vías, indicadores de dificultad y seguridad o puntos de interés paisajístico y cultural que sirven de guía tanto a residentes como a practicantes del ciclismo de dentro y fuera de la isla.
Bahías de Alcudia y Pollensa
La primera ruta de esta zona, Llogarets del Raiguer, apta para todos los públicos, transcurre por puntos clave de la isla como el Parque Natural de la Albufera, la muralla medieval de Alcudia, el monumento natural de Ses Fonts Ufanes o las cuevas de Campanet, entre otros. En esta zona mallorquina llena de recursos turísticos, los ciclistas también pueden disfrutar de la ruta cicloturista hasta el espectacular faro de Formentor, situado en la punta más septentrional de la isla. En cuanto a la ruta a las Ermitas del Raiguer, con inicio en la zona turística de Ca Picafort, además de la visita a las ermitas de Santa Lucía y Santa Magdalena, ofrece a los ciclistas que la realicen unas vistas extraordinarias de la isla gracias a su ubicación privilegiada. Los mejores ciclistas europeos son asiduos recorriendo la mítica carretera de Sa Calobra, en la zona norte de la Sierra de Tramontana, una ruta de gran dificultad con altos desniveles por el sistema montañoso.
Costa de Calvià
La costa de Calvià es una ruta asequible para aficionados y muy recomendable, pues conecta algunos de los pueblos más visitados de Mallorca como Peguera y Santa Ponça, con retorno por el puerto de Andratx.
Conocer los faros de poniente tiene como objetivo el núcleo costero de Sant Elm, situado delante de la isla de la Dragonera, una visita imprescindible por sus valores naturales y patrimoniales. El itinerario combina tramos interiores con algunos collados de montaña que no presentan dificultades importantes y tramos litorales por los municipios de Palma, Andratx y Calvià. La ruta de iglesias de poniente, partiendo de Palmanova, propone la visita de algunos oratorios y pequeñas iglesias como la de la Piedra Sagrada que, según la tradición, sirvió de altar en la misa oída por el rey Jaume I durante la conquista de Mallorca. Para los más atrevidos, la ruta C4 recorre la parte sureste de la Serra de Tramunta, aprovechando la panorámica carretera entre pueblos de montaña, que va descendiendo armoniosamente hacia el mar.
Bahías de Cala Millor - Cala Rajada
La zona de levante de la isla también ofrece la posibilidad de ser visitada de forma activa y sostenible. Estas aldeas del oriente mallorquín conservan la calma y la tranquilidad para una ruta ciclista idílica por las principales poblaciones, que conservan extensos e interesantes centros históricos como Manacor, Felanitx y Santanyí. La ruta M2, de los faros de oriente, lleva al faro de Capdepera, uno de los más visitados de la isla, cuya ruta retorna hacia Cala Millor, por carreteras interiores con agradables sorpresas entre las que destacan las áreas naturales.
Para los que buscan un mayor esfuerzo deportivo, mediante la ruta de las ermitas de levante se accede a dos de los miradores más privilegiados entre los situados en las sierras de Llevant: la ermita de Belén y el santuario de Sant Salvador, con meta final en Porto Cristo, las famosas Cuevas del Drach. Otra opción es la larga y exigente ruta por la zona central de la Serra de la Tramuntana, aquellos que se atrevan a recorrerla serán recompensados con los grandes parajes que aguarda, las estampas más típicas de la naturaleza de Mallorca.
Playa de Palma
A través de la ruta más sencilla de esta área, P1, los ciclistas aficionados podrán conocer puntos declarados como Bien de Interés Cultural, por su integración en el entorno y la conservación de estos como son Pina, Sencelles o Santa Eugenia. Por su parte, el trayecto de los faros de mediodía, acerca a los ciclistas aventajados a paisajes singulares entre su visita a los faros de Cap Blanc y Cap de ses Salines. Los santuarios de Sant Honorat, Gràcia y Cura se unen en una senda que hace las delicias a los ciclistas más intrépidos, que encontrarán a su vuelta la pausa más reconfortante en el mercado de Sineu. Una vez más, la Serra de Tramuntana espera por aquellos ciclistas más ambiciosos, que con ayuda de sus pedales se enfrenten a los grandes desniveles que componen esta ruta, que cuenta con las principales cimas, presididas por el puig Major; desde Sóller hasta el Lluc, la recompensa al esfuerzo será las extraordinarias vistas de Mallorca.