Pedro Burruezo, junto a su cohorte de excelentes músicos (bajo el nombre de la Nur Camerata o Camerata de la Luz), lleva más de diez años actuando por festivales, teatros, embajadas por toda Catalunya, España y países como Turquía, Marruecos, Argelia, Sudán, Egipto, Francia, Alemania, Polonia o Mauritania.
Su desgarro, combinado con la calidad de sus músicos, es una apisonadora musical que no deja a nadie frío. No cabe duda de que el ya casi legendario líder de Claustrofobia es uno de los grandes trovadores del siglo XXI, que, bebiendo de fuentes antiguas, elabora un discurso radicalmente atemporal, pero totalmente contemporáneo.
Se sumerge en este disco en las esencias de lo andalusí para, ya versionando piezas tradicionales o componer nuevas melodías en las coordenadas más o menos andalusíes, reivindicar ese legado, no solo desde un punto de vista cultural, sino también espiritual.
Su música, misteriosa y evocadora, es muy personal, muy singular.
En su nueva obra, canta en castellano, catalán, árabe y mozárabe. Reivindica a grandes místicos andalusíes como Ibn Arabí, Ibn Masarra, al-Shustary… Y señala: “Nuestra música no sólo pertenece al ámbito de los festivales de música medieval y sus afines. En realidad, es más contemporánea, por atemporal, que muchas de las músicas que hoy suenan en todas partes.Hay hoy una gran efervescencia en torno a estas músicas con grandes talentos. Sin embargo, en más de una ocasión, llamamos más la atención fuera que dentro de nuestro propio país”.
Las músicas medievales son la inspiración de este “loco” que llama con sus canciones a huir del mundo materialista actual, que está conduciendo al planeta a la destrucción. Acompañado de un grupo verdaderamente excepcional, las piezas del disco de Burruezo nos recuerdan un esplendor antiguo y, al mismo tiempo, nos convocan para un futuro esperanzador lleno de luz, belleza, profundidad, calma, compasión y armonía ambiental (sin desdeñar una cierta sensualidad, que llama a un amor intenso: la lectura de cada cual puede llevar a entender los versos de forma mística o de forma más terrenal)
El disco ha sido producido por el mismo Burruezo y Robert Santamaría (que toca también el qanun, el santur y otros instrumentos orientales). También han participado Berna Jones (violín), Jordi Ortega (violonchelo), Jordi Rallo (percusiones) y Teo Larrosa (flautas). Burruezo reivindica también con esta obra el disco a la antigua usanza, de forma conceptual. En tiempos de copias y más copias, Burruezo destaca una vez más por la sorprendente e inusitada personalidad de su música y de su lírica.
Burruezo ha dicho: “Lo único que me interesa es hacer música verdaderamente emocionante. Se prevé un gran colapso económico/ecológico/social/ a no mucho tardar. Vamos a tener que ser capaces de crear mucha belleza para compensar el tiempo de desolación que nos ha tocado vivir”.
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