La llegada de la primavera viene acompañada por la explosión de formas, aromas y colores que le dan la bienvenida. Olores florales y suaves que evocan el descanso, especias sugerentes que enriquecen un plato y plantas cuyas propiedades son beneficiosas para la salud. Conceptos como estos cobran todo su sentido en el centro sanitario extremeño del Balneario El Raposo.
Así, quien llega a las instalaciones de El Raposo, cercanas a la localidad de Zafra, percibe ese olor dulce que emana de este espacio dedicado a los tratamientos termales. Los propietarios del balneario, la familia Cortés, inicia el proyecto de las plantas aromáticas en 2010 a través de la filial Bioagrosense S.L. encargada de producir cinco tipos de plantas aromáticas ecológicas que se cultivan en los campos que rodean al centro termal y que ya ha obtenido la primera cosecha de 2014: 3.000 kilos de plantas de salvia, lavandín, romero, tomillo y orégano.
Un proyecto pionero en España, que utiliza energías renovables en el proceso de producción y envasado de un producto fácilmente exportable como así manifiesta Ignacio Cortés, Director del Balneario El Raposo: “La exportación será clave en mercados donde la alimentación bio tiene un importante consumo, como es el caso de Alemania, Holanda, Suiza y Bélgica donde además pretendemos llegar con la propia marca en la que estamos trabajando y que verá la luz en los próximos meses”.
Una extensión de 7,5 hectáreas con plantas destinadas a la alta cocina, a las infusiones y al mundo de la cosmética con sales y aceites esenciales, especiales para el cuidado de la piel. En un corto período de tiempo está previsto que desde El Raposo se comercialicen en distintos formatos según su uso en el mundo de la cosmética, la gastronomía y el campo de la salud. Una potente puesta en marcha de una marca, un producto y un envasado de reciente creación.
Además quienes se hospeden en el balneario podrán encontrar próximamente una selecta variedad de estas plantas en la propia tienda del centro que se convierte en un escaparate comercial junto a la venta de tiendas gourmet, ecológicas y aquellos con certificado bio. La producción y la comercialización de estas plantas aromáticas supondrán un valor añadido para este balneario que también hará uso de ellas en la cocina de su restaurante Matanegra. Se trata de una apuesta por el autoconsumo y una iniciativa en favor de los alimentos naturales sin tratamientos químicos, sumando así mayor protagonismo a su próximo huerto ecológico que les hará convertirse a ellos mismos en consumidores de su propio producto.