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Semana Santa en Soria

Semana Santa en Soria

lunes 16 de marzo de 2015, 12:06h
Sobria y de hondo calado religioso, la Semana Santa en la provincia de Soria alberga algunas de las manifestaciones religiosas más llamativas y peculiares de la región. Analizamos los atractivos más turísticos de la Semana santa en Soria.
La Semana Santa llega un año más a la provincia de Soria, ofreciendo al viajero la excusa perfecta para disfrutar de los innumerables atractivos que alberga este destino, tales como el encanto de sus pueblos, su patrimonio histórico-artístico -con más de 300 testimonios de arte románico-, su excelsa gastronomía y su riqueza medioambiental, con paisajes tan espectaculares como la Laguna Negra, los Picos de Urbión o la Fuentona de Muriel. Y todo ello, en un momento donde tienen lugar algunas de las manifestaciones culturales y religiosas más espectaculares de sus poblaciones.
El ambiente propio de la Semana Santa en la provincia de Soria se respira desde el tercer Domingo de Cuaresma, cuando la localidad de Ágreda celebra la Exaltación de la Corneta, el Tambor y el Bombo, una espectacular cita sonora a la que acuden bandas no sólo de Castilla y León, sino también de Aragón, Navarra y La Rioja. Además, las procesiones del Viernes Santo en esta población, con sus 13 pasos (algunos llegan a ser de los siglos XVI y XVII), cuentan con la declaración de Interés Turístico Regional.
Esta jornada está protagonizada por la cofradía de la Vera Cruz, la segunda más antigua que perdura en la provincia de Soria, fundada allá por 1556. A sus miembros se les llama ‘felipecuartos’ porque su vestimenta es de la época de dicho rey, del que fue consejera la venerable sor María Jesús de Ágreda.
No menos relevante es la Semana Santa de El Burgo de Osma, declarada igualmente de Interés Turístico Regional, y que destaca por la bendición de los ramos y la procesión con la borriquilla del Domingo de Ramos, el vía crucis del Martes Santo, la nocturna de El Perdón el Miércoles Santo o la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, y su tradicional lavatorio de los pies, un rito que se repite en muchos pueblos de la provincia y en el que doce escolares representan a los apóstoles.
Los momentos de mayor emoción en El Burgo de Osma se viven, sin embargo, el Viernes Santo, cuanto toda la población se transforma en el escenario de una procesión que cuenta con una veintena de pasos, además de un penitente que porta una cruz con cadenas, cientos de personas caracterizadas como soldados romanos y pueblo hebreo, además de la solemne banda de cornetas y tambores.
Por otro lado, la Semana Santa de Soria capital, que también cuenta con la denominación de Interés Turístico Regional, es la única de Castilla y León en seguir con precisión cronológica lo acontecido durante la Pasión de Cristo. Así, y a través de los distintos pasos y episodios que se suceden cada día, Soria presenta su singular obra dramática, en la que los diferentes pasajes bíblicos desfilan por calles y plazas relatando la muerte y resurrección de Jesús.
Cabe destacar de la capital la procesión nocturna del Viernes Santo, la del Santo Entierro, en la que participan las ocho cofradías de la ciudad. Entre los elementos de importante valor en la Semana Santa de esta localidad destaca el Lignum Crucis que porta la cofradía del Santo Entierro –fundada en 1888, convirtiéndose en la más antigua de Soria- y que llegó a la ciudad en 1522.
Otros importantes momentos de la provincia
Pero son muchos los pueblos que salpican la geografía soriana a lo largo de estos días y no menos interesantes resultan sus manifestaciones religiosas. Tal es el caso de Alcoba de la Torre, localidad conocida como la ‘Jerusalén Soriana’ por su espectacular representación de la crucifixión de Cristo en Viernes Santo, llevada a cabo por una treintena de personas y recorriendo calles, entornos del pueblo y del castillo.
También es de señalar otros puntos del territorio como San Esteban de Gormaz, donde el Domingo de Ramos un vocal, ataviado con capa castellana y sin hablar, llama con su campanilla a los habitantes para subastar los banzos, capuchinos y cruces; Ólvega, población en que las mayordomas dirigen la vestidura de los pasos, en la que se utilizan agujas bendecidas, o Almazán, donde se vive un especial momento el Viernes Santo cuando los costaleros, cornetas y tambores entran a la iglesia del convento de las clarisas para escuchar el cántico de las monjas a Jesús Nazareno.
En Almarza, la procesión de Viernes Santo es iluminada con hogueras en su recorrido y en Dévanos, el mismo día, se quema al Hombre Viejo y con su fuego se encienden las velas de la procesión, del mismo modo que en Yanguas un penitente porta la cruz y, al paso de la procesión, se van encendiendo candiles en las ventanas.
También es curioso cómo en el Sábado Santo se cuelgan Judas en forma de muñecos para ser apaleados o quemados, en la Pascua, en localidades como Arcos de Jalón, Duruelo de la Sierra, Romanillos de Medinaceli, Utrilla o Iruecha, entre otros pueblos.
Finalmente, la Semana Santa en la provincia de Soria no sería lo mismo sin los productos gastronómicos propios de esta época como las torrijas y la limonada. Las primeras se elaboran con rebanadas de pan del día anterior, sumergidas en leche y rebozadas en huevo, que se fríen en la sartén, y espolvoreadas luego con azúcar y canela, o con miel. La limonada, por su parte, se prepara a partir de vino caliente con azúcar, al que se agrega después zumo de limón y ramitas de canela, dejándolo reposar durante unas horas antes de consumirlo.



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