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Urdaibai, un tesoro natural en Vizcaya con playas espectaculares y atractivos montes
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Urdaibai, un tesoro natural en Vizcaya con playas espectaculares y atractivos montes

Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1984, Urdaibai posee un enorme valor natural, hecho que lo ha convertido en uno de los destinos más visitados en Bilbao -Vizcaya.

Este extraordinario enclave se extiende a lo largo de más de 22.000 hectáreas y 22 municipios, muchos de ellos de marcada tradición marinera, como Bermeo, Mundaca y Elanchove.

Urdaibai, como Reserva de la Biosfera, posee un enorme valor natural. La naturaleza ha sido generosa con esta tierra, a la que ha regalado formaciones de gran belleza y playas espectaculares que compiten en atractivo con los montes y sus frondosas masas forestales.

Urdaibai posee un enorme valor natural y es uno de los destinos más visitados en Bilbao

Este tesoro de la naturaleza cuenta con asombrosos paisajes e innumerables atractivos culturales, entre los que destacan impresionantes acantilados (Cabo de Ogoño), hermosas playas, frondosos bosques (encinares cantábricos), ríos, vegas fluviales, yacimientos arqueológicos y vestigios históricos. También sorprende la campiña y el bosque Atlántico, un entorno natural de caseríos y núcleos habitados constituido por un mosaico de prados, cultivos y pequeñas formaciones boscosas adyacentes.

A ellos se añaden 600 hectáreas de marismas, así como dos ecosistemas claramente diferenciados, como son el litoral y los fondos marinos, la rasa Intermareal de Ogella, el istmo de Gaztelugache​, playas e islas, así como la cima de Sollube, de 683 metros de altitud.

Cabo Ogoño

Este peñón, en cuya ladera se asienta el pintoresco pueblo de Elanchove, es una atalaya natural que nos regala vertiginosas panorámicas sobre la playa de Laga, Izaro, Bermeo y nuestro mar Cantábrico. A esta impresionante masa caliza de paredes verticales se asciende de manera sencilla desde Elantxobe (2km). Un paseo entre el bosque de encinar Cantábrico.

Encinar Cantábrico

Es uno de los ecosistemas más representativos de Urdaibai, una de sus señas de identidad: marca fuertemente su paisaje, y condiciona su fauna y usos. Son bosques importantes desde el punto de vista ecológico y biogeográfico, con especies vegetales que deben hacer frente a la escasez de agua (especialmente en verano), que desarrollan extensas raíces y hojas pequeñas y coriáceas capaces de retener la humedad, evitando, mediante la regulación de sus estomas la pérdida de agua. Los encinares cantábricos de Urdaibai acogen una fauna diversa. Su estructura cerrada y espesa hace de esta masa forestal un refugio protegido para muchas especies animales. Las masas más representativas de encinar cantábrico en Busturialdea son las que se extienden desde el cabo Ogoño hasta Ereñozar.

La campiña y el bosque atlántico

La campiña es el entorno natural de caseríos y núcleos habitados, constituido por un mosaico de prados, cultivos y pequeñas formaciones boscosas adyacentes. Su formación se debe a la explotación agrícola y ganadera del territorio, es el ecosistema que ha sido intervenido directamente por el ser humano, un paisaje diverso y armónico, con presencia de caseríos vascos tradicionales de relevancia histórica y económica, rodeados de cultivos, diversas especies de animales, pastizales y plantaciones forestales, que la dotan de esa especial singularidad y riqueza que lo convierten en uno de los paisajes más representativos del País Vasco.

Cuenta con asombrosos paisajes entre los que destacan impresionantes acantilados, hermosas playas, frondosos bosques

La marisma

En Urdaibai, hay en la actualidad unas 600 Ha. de marismas, que presentan un amplio lecho inundable. La acción de las mareas, dota a éste ecosistema de un componente dinámico con gran atractivo para su observación. Es un paisaje que cambia cada pocas horas. La marisma de Urdaibai, es un ecosistema en el que se funden como en pocos lugares, la influencia de la naturaleza con las prácticas seculares del hombre. En un entorno que a primera vista parece virgen, la mirada experta descubre un entramado de antiguos diques de piedra y barro (munas), estructuras para compuertas ya en desuso, zonas semidesecadas para pastos (polders) y canalizaciones para antiguos molinos, que construidas con sabiduría y respeto al medio, han conformado un paisaje con multitud de matices.

El Litoral

Esta zona consta de dos ecosistemas claramente diferenciados: el litoral y los fondos marinos.

Litoral: Son áreas de condiciones extremas, en fuerte pendiente o en abierto acantilado, expuestas a las inclemencias del mar y del viento. Son pocas las especies vegetales que se desarrollan en ellas. San Juan de Gaztelugache​, la isla de Aqueche, el cabo Machichaco (Bermeo), el gran acantilado de cabo Ogoño, el litoral de Auzoa y los acantilados de Lapatza, son algunos de los parajes destacables.

Fondo Marino: Más allá de la costa, el medio marino es un ecosistema lleno de vida, mucho más difícil de apreciar que el de tierra firme, con una riqueza en flora y fauna difícil de encontrar en otros mares. La temperatura del agua oscila desde los 10-12ºC del invierno a los 20ºC del verano. Las especies marinas más habituales en las aguas que bañan el litoral de Busturialdea son Moluscos como los caracolillos, lapas, ostras, pulpos o sepias. Crustáceos, como la quisquilla, los percebes, el bogavante y el cangrejo de mar o karramarro. Y peces como la lubina, la Mujarra, el Berdel, el Txitxarro o el salmonete. Ocasionalmente se pueden ver en estas aguas, grandes cetáceos como los delfines comunes o mulares, el rorcual común, el rorcual aliblanco, cachalotes y orcas.

Rasa Intermareal de Ogella

En marea baja, la playa de Ogella, compartida por los municipios de Ea e Ispaster, descubre al cielo su , amplias zonas rocosas y charcas de diferente profundidad con una delicada y asombrosa biodiversidad marina, de destacado valor en el Litoral Cantábrico. Entre otras valiosas especies, está el alga endémica Fucus chalonii. Ideal para los amantes del submarinismo. El entorno también nos regala la posibilidad de conocer y disfrutar del peculiar fenómeno geológico.

En Urdaibai, hay en la actualidad unas 600 Ha. de marismas, que presentan un amplio lecho inundable

San Juan de Gaztelugache

El islote de Gaztelugache, coronado por la ermita de San Juan, es uno de los lugares más impresionantes que podrás ver. Durante sus casi mil años de historia el templo ha presenciado desde actos de piratería y naufragios, a ceremonias religiosas en épocas más recientes. La capilla está unida a la costa por un puente de 231 peldaños, rasgados en un acantilado de roca flysch –en la Península solo la hay en la Cornisa Cantábrica– que queda al descubierto cuando baja la marea. No hay otro balcón mejor en la costa vizcaína que esta atalaya que, junto a la cercana peña de Aketxe forma una reserva natural de gran valor por ser lugar de cría de aves marinas.

Playas de Urdaibai

Bulliciosas o solitarias, grandes arenales o pequeñas y recogidas playas. Son muchas y variadas las playas de Urdaibai, todas con el encanto del Cantábrico, bien para disfrutar de una tranquila jornada al sol o para un día de aventuras acuáticas. Fuera de época estival son también un fantástico lugar para disfrutar del bravo sonido del mar, para pasear inmersos en la naturaleza más bella, o para disfrutar de la soledad.

Islas de Urdaibai

Siempre rodeadas de misterios y leyendas, las islas e islotes de Udaibai son buen ejemplo de ello. Son islas continentales, es decir, en algún momento de su historia estuvieron unidas al continente.

Sollube

Con sus 683m de altitud, y por su privilegiada situación, sin otras cimas a su alrededor, ofrece inmejorables vistas de toda la comarca. Una cima “histórica”; es uno de los cinco montes bocineros, el primero de ellos, desde donde se llamaba a las Juntas Generales; y también ha sido testigo de cruentas batallas durante la guerra civil. Es uno de los límites de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y para alcanzar la cima se puede elegir entre su ascenso a pie, para lo que hay acondicionados distintos accesos: desde el Alto de Sollube, 1h hora; desde Pedernales, 2h y 30´ o bien en coche hasta la cima, donde hay instalado un mirador.

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