Recién inaugurado en el número 45 de la calle Serrano, en plena milla de oro madrileña, Bar Carallo trae a la ciudad un nuevo concepto de cocina gallega contemporánea, honesta y atrevida que nace ya adaptado a los nuevos tiempos y que encuentra en Schweppes su principal aliado a la hora de diseñar la oferta mixológica.
En la elaboración de todos los perfect serve de la carta se emplean las referencias Premium de la marca de tónicas y mixers líder en nuestro país, entre ellas, Ginger Beer & Chile, último lanzamiento del portfolio e ingrediente principal de Galizia Mule, la revisión del cóctel del momento, el Moscow Mule
Schweppes, sigue apoyando al sector que le da su razón de ser, la hostelería, en un momento de gran incertidumbre por las restricciones impuestas y de cierta reticencia social hacia la incorporación de los nuevos horarios, más acordes a las costumbres europeas que a las mediterráneas. Ahora, en línea con su apuesta por el consumo de día —tendencia que lleva años vaticinando—, que lleva implícita una copa más adulta, relajada y consciente, la firma acompaña en su lanzamiento, como mixer oficial, a Bar Carallo, uno de esos exitosos estrenos que arroja esperanza al sector y demuestra el poderío gastronómico de Madrid. Apenas lleva un mes instalado en plena milla de oro, en un local ya de por sí singular desde el punto de vista arquitectónico, con espacios que se abren hacia el exterior, hacia la siempre animada y señorial calle Serrano, y ya suma llenos gracias a un formato que responde, desde su estreno, al adelanto de los tiempos de disfrute.
El proyecto, puesto en marcha por un grupo de profesionales con años de experiencia en las distintas vertientes del negocio hostelero, funciona con un concepto todo en uno de cocina y mixología en horario ininterrumpido, abarcando cada franja horaria, de la mañana —desde las 9:00 h, carta de desayunos incluida— a la noche. No solo el servicio continuo, sino también su versatilidad —el local se divide en varios ambientes dominados por la cocina vista y goza de una luminosidad que hace olvidar la noche y sus nuevas restricciones— y su voluntad de capitalizar el consumo de día son los valores que han llevado a Schweppes a apoyar el lanzamiento de esta tasca gallega con vocación vanguardista y espíritu canalla. En palabras de sus artífices, su razón de ser son «los sabores, los texturas y los aromas de los campos que rodean Galicia y de las aguas que la bañan, pasados por el tamiz de la fusión y desde el más absoluto respeto al producto».
TRAGOS SUAVES PARA GANARLE HORAS AL DÍA
Carallo «es el término gallego para definir lo sorprendente, lo insólito». Su cocina honesta e indómita, con el pulpo como eje central, está pensada para acompañar con cócteles; no en vano, la relación de combinados se integra en la misma carta de sala, normalizando, al fin, el acto de comer con copas. De entre ellos, el más representativo y vendido hasta la fecha es Galizia Mule, una revisión regional —con la ginebra de origen gallego Nordés, flor de cerezo, rodajas de jengibre y zumo de limón— del Moscow Mule, que encuentra su mejor aliado en el Ginger Beer & Chile de Schweppes por sus notas picantes. La fórmula de Bar Carallo se completa con diez perfect serves de ginebra elaborados con las referencias Premium de la marca, que también se ofrecen para su consumo solo, en refrescos bien preparados, un concepto pionero que viene a competir con el mundo de la mezcla.
Son nuevos tiempos para el ocio y así es como Schweppes se adapta a ellos, tratando de satisfacer las tendencias y al consumidor pero siempre en alianza con los hosteleros, cuya nueva generación se encarna en Bar Carallo: «Somos parte de la solución a lo que está ocurriendo —asegura la propiedad—, una propuesta fresca y nada convencional para una ciudad que ha sufrido y sufre, una demostración de que España es cool y de que nuestra cultura mola y es susceptible de innumerables revisiones; en este sentido, Schweppes ha resultado ser un estupendo partner parar tirar de orgullo y talento».
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