El osario de Wamba en Valladolid alberga más de 2000 cráneos que datan del siglo XIII al XVIII. En el cementerio Fontanelle de Nápoles los creyentes “adoptaban el cráneo” de un alma en pena. La lámpara de araña del osario de Sedlec tiene al menos un ejemplar de cada hueso del cuerpo humano…
Para celebrar el día más terrorífico del año, Musement, plataforma de reserva de actividades en destino, ha recopilado una selección de lugares de interés en los que los huesos, las calaveras y los esqueletos son los protagonistas.
Iglesia de San Bernardino alle Ossa, Milán. La iglesia más espeluznante de Milán se construyó en 1269, aunque el osario se había edificado años antes para albergar los huesos de los difuntos de un antiguo hospital destinado a tratar pacientes leprosos. Las paredes de San Bernardino alle Ossa están decoradas con cráneos y huesos humanos; y dice la leyenda que aquí se encuentran también los restos de una niña que, cada año, coincidiendo con la celebración de Todos los Santos, vuelve a la vida para bailar una danza macabra con el resto de esqueletos en la capilla.
Osario de Sedlec, Kutná Hora. Este famoso osario se encuentra en la capilla subterránea de la iglesia de Todos los Santos, situada en el cementerio de Sedlec, donde fueron enterradas unas 40 000 personas víctimas de la peste y las guerras husitas. Años más tarde, para reducir el tamaño del camposanto, muchos huesos fueron trasladados al osario, y en 1870, el tallista Frantisek Rint fue contratado para reorganizar esta siniestra estancia. ¿El resultado? Los huesos, una vez blanqueados y tallados, fueron utilizados para crear elementos decorativos, como la impresionante lámpara de araña, que según cuentan, tiene al menos un ejemplar de cada hueso del cuerpo humano.
Capilla de los huesos, Évora. «Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos» (Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos). Esto es lo que puede leerse en la entrada de la estremecedora Capela dos Ossos, construida en el siglo XVI por iniciativa de tres monjes franciscanos que querían transmitir y expresar el carácter efímero de la vida. Las paredes, las columnas y hasta el altar están decorados con más de 5000 calaveras y miles de huesos.
Cripta de los Capuchinos, Roma. Situada en la iglesia de Santa María de la Concepción, la Cripta de los Capuchinos consigue que incluso a sus visitantes más intrépidos se le pongan los pelos de punta, sobre todo al leer la terrorífica inscripción en su interior: «Aquello que vosotros sois, nosotros éramos; aquello que nosotros somos, vosotros seréis». Las seis capillas que conforman la cripta albergan los huesos de más de 4000 frailes capuchinos, organizados de tal manera que crean símbolos y escenas escalofriantes. Y por si esto fuera poco, para completar la “decoración”, también hay varios esqueletos ataviados con el hábito de los frailes capuchinos.
Catacumbas de París, París. El origen de las catacumbas se remonta a finales del siglo XVIII, cuando a causa de los problemas de salubridad de los cementerios de París, los restos de 6 millones de parisinos fueron trasladados a las antiguas canteras de Tombe-Issoire. Hoy en día, a 20 metros de profundidad, los visitantes pueden recorrer aproximadamente dos kilómetros de túneles, en cuyas paredes las filas de cráneos se alternan con filas de tibias y fémures, creando una atmósfera de lo más aterradora.
Cementerio Fontanelle, Nápoles. Este ex-osario se encuentra en una antigua cantera en el barrio de la Sanità, una de las zonas con más historia de Nápoles. Lo más impresionante del cementerio, no son los cientos de cráneos y huesos que alberga, sino el ritual de las anime pezzentelle (almas del purgatorio) que allí tuvo lugar. A finales del siglo XIX surgió un culto dedicado a las calaveras, en el que algunos creyentes “adoptaban el cráneo” de un alma abandonada, lo cuidaban y le rezaban como si fueran miembros de su propia familia, a cambio, eso sí, de su protección. Dice la leyenda que, entre los favores que los devotos esperaban de estas almas en pena, es que se les apareciera en sueños para desvelarle el número ganador de la lotería.
Osario de Wamba, Valladolid. La iglesia de Santa María, situada en Wamba, a unos 20 km de Valladolid, también tiene varios puntos macabros. Uno de ellos es, sin duda, la frase que puede leerse en una de sus paredes: «Como te ves, yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás». El mayor osario de España alberga unos 2000 cráneos y otros restos óseos, en su mayoría de monjes, que fueron acumulándose desde el siglo XIII al XVIII.