Los próximos días 26 y 27 de septiembre se representarán con la Ópera de Taipei, la compañía de la Ópera Nacional de Taiwán, una doble producción del gran maestro Manuel de Falla: el ballet El amor brujo, donde intervendrá también el bailarín y coreógrafo sevillano Fernando Romero, y la ópera La vida breve, todo ello dirigido por el sevillano Juan Manuel Busto…
El escenógrafo y el diseñador de vestuario pasaron un mes en Andalucía para conocer de primera mano sus costumbres y poder plasmarlas en esta gran producción, que cuenta con la colaboración de la Fundación Archivo Manuel de Falla. Ambas producciones serán transmitidas internacionalmente a través de un innovador Live Streaming desarrollado por Rexcel Group LLC.
TEATRO NACIONAL DE TAICHUNG
En construcción desde finales de 2009 y con una superficie de 34.067 metros cuadrados, el edificio para el Teatro Nacional de la ciudad china de Taichung se organiza como una trama espacial tridimensional con forma neuronal que evoca una red de cavernas naturales y en la que se insertan tres espacios para la representación: el ‘Grand Theater’, con 2.014 asientos; la ‘Playhouse’, con 800, y la ‘Black Box’, con 200 localidades. Además de cumplir con los estándares necesarios para la representación tradicional, el edificio pretende funcionar como un espacio continuo que difumine los límites entre los espectadores y los artistas, los espacios de representación y de conexión, así como el espacio interior y el tejido urbano.El edificio establece una continuidad con el tejido urbano en el que se inserta, extendiéndose más allá del límite del espacio climatizado y abriéndose hacía el parque, cuyos caminos conducen de manera natural hacia el interior. Fruto de la extrusión de una membrana dividida en dos zonas entre dos superficies, la geometría espacial conseguida se traslada al terreno en el que se asienta el edificio así como a la orografía circundante, que continúa y completa el complejo. Constituida por los muros curvos que forman la geometría del edificio, la estructura principal utiliza una técnica de hormigonado importada de la construcción de túneles, basada en la proyección del hormigón en dos capas con distintas densidades. Bautizado por Toyo Ito como la ‘caverna sonora’, el sistema de cavidades se extiende fractalmente por todo el volumen del edificio como si de una cueva natural se tratase, sirviendo de lugar de intercambio y actuando como regulador térmico. Inserto en la ‘caverna sonora’, el ‘Grand Theater’ aparece como una abertura entre el sistema de espacios intermedios. El escenario se sitúa en un paralelepípedo de estructura metálica, formal y constructivamente independiente del resto. La cubierta ajardinada restituye la misma superficie de parque que el edificio ocupa en planta y ofrece un espacio de esparcimiento público y un paisaje continuo que contrasta con los edificios en altura de alta densidad de los alrededores.