Suiza ha quedado proclamada por partida doble como el país del queso por excelencia en el influyente World Championship Cheese Contest, celebrado el pasado mes de marzo en Madison (Wisconsin, EUA), Y es que un Le Gruyère AOP presentado por Michael y Monika Spycher de la quesería suiza Fritzenhaus ha obtenido 98,81 puntos y se alza como ganador indiscutible de entre 3.667 variedades. El segundo lugar es para otro queso suizo, un Gallus Grand Cru, de Hardegger Käse AG, con 98,70 puntos
En este concurso de referencia, el más importante del sector, los quesos son juzgados en más de 100 categorías diferentes por un jurado de expertos. En la presente edición, los tecnólogos de la leche y artesanos queseros suizos han demostrado que la calidad de sus productos está por encima del promedio. Así, han conseguido hacerse con un total de 24 medallas dentro de las diferentes categorías (7 de oro, 10 de plata y 7 de bronce).
Y es que Suiza es un país referente en cultura quesera artesana desde hace centenares de años: sus quesos se siguen elaborando de manera tradicional y no existen fábricas ni producción industrial, si no pequeñas queserías.
Así, la calidad de sus quesos proviene del hecho que son 100% naturales: no contienen aditivos, conservantes ni hormonas, no se usan antibióticos para la crianza del ganado destinado a la producción del queso y se elaboran cada día exclusivamente con leche cruda procedente de vacas alimentadas con hierbas y pastos naturales.
Además, son aptos para todos los paladares ya que no contienen gluten ni lactosa. Los quesos suizos más conocidos en España son Le Gruyère AOP, Emmentaler AOP, Appenzeller®, Tête de Moine AOP, Sbrinz AOP y L’Etivaz AOP.
En este enlace algunas recetas para disfrutar más de este manjar:
Quesos de Suiza: Los mejores quesos, famosos en todo el mundo
Los Quesos de Suiza son famosos en todo el mundo gracias al cuidado y a las características artesanales con las que se elaboran. El pastoreo de las vacas es obligatorio en Suiza, país donde está totalmente prohibido el uso de hormonas y antibióticos en la crianza de ganado y donde ningún queso puede fabricarse con aditivos químicos.
Para elaborar un queso suizo se utiliza casi el doble de leche que para fabricar un queso de producción industrial. Las queserías reciben dos veces al día la leche recién ordeñada para garantizar la elaboración de un producto fresco y sano. El uso de leche cruda, no pasteurizada, posibilita un sabor más intenso y potencia los aromas derivados del pasto y forrajes.
La rigurosa normativa, sometida a un estricto control por parte de la Oficina Federal de Agricultura de Suiza, garantiza la elaboración tradicional del producto desde el origen de la cadena hasta el final, momento en el que un tasador certifica que el queso tiene la suficiente calidad para llevar el sello de su región quesera. De esta manera, la denominación de origen suiza es garantía de un producto absolutamente natural.