Finalizada la primera semana de cuarentena con éxito, estamos más cerca de volver a disfrutar al aire libre y hacer lo que más nos gusta: viajar. Pero hasta entonces, #Yomequedoencasa continúa siendo nuestro lema estas semanas, y para hacer el tiempo más llevadero, nada mejor que la música. La música es en sí misma un viaje. Las canciones poseen la extraordinaria capacidad de transportarnos a lugares y momentos que añoramos, pero también de llevarnos a destinos soñados.
Nos unimos al movimiento #Yoviajodesdecasa a través de un recorrido por la música de lugares muy especiales.
Mi Buenos Aires Querido
La capital porteña es una de esas ciudades que ha inspirado a diferentes artistas para componer populares temas musicales. Canciones para soñadores, para viajeros, para almas libres y en las que predominan, como no, las historias de amor.
“Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido”. Así comienza el tango interpretado por el famoso Carlos Gardel, “Mi Buenos Aires Querido”. La letra de la canción describe y compara la ciudad con el sentimiento de amor y suerte, y es que Buenos Aires es una ciudad de la que enamorarse, a la que volver y a la que recordar.
Fito Páez, uno de los mayores exponentes del rock argentino de finales del siglo XX, también se inspiró en la ciudad porteña para crear “11 y 6”, tema que relata una historia de amor entre dos jóvenes sin recursos de Buenos Aires, haciendo varias referencias de la ciudad en la letra, como la calle Corrientes y el Café La Paz. Y en el panorama español, Joaquín Sabina crea “Con la frente marchita”, donde narra el amor que siente por una chica argentina que ve cada domingo en su puesto del Rastro. Combinando esta relación con la historia más reciente de la dictadura en Argentina, Sabina consigue hacer una verdadera obra de arte, que finaliza con un amor perdido en la distancia.
Viaje al muelle de San Blas al que cantaba Maná
Es difícil no conocer algunas de las grandes canciones de Maná, la banda de pop-rock mexicana que durante años nos ha regalado grandes historias a través de la música. Una de esas historias es también un viaje a un momento y lugar concretos. Hablamos de “En el muelle de San Blas”, la balada que cuenta cómo una mujer espera en el muelle el regreso de su amado, pero ¿dónde está ese muelle?
San Blas es uno de los pueblos históricos de Riviera Nayarit, el tesoro del Pacífico Mexicano. Estar allí es como transportarse a otro tiempo en el que edificios coloniales y grandes haciendas se combinan con la tranquilidad de los quehaceres diarios de los lugareños, al tiempo que disfrutan de una gastronomía inmejorable elaborada con el pescado local más fresco.
Pese a que la canción de Maná remueve sentimientos y hace que muchos cantemos a viva voz su estribillo pensando en viejos amores, lo cierto es que el muelle de San Blas es un foco de alegría y actividad. Las palmeras y la naturaleza forman un marco perfecto con las aguas cristalinas de su mar. Si a ello le sumamos el maravilloso entorno natural de la zona, rodeada de manglares y estuarios naturales a los que cada año llegan más de 300 aves migratorias, seguro que la próxima vez que escuchemos esta canción somos capaces de viajar a este lugar de ensueño y sentir ese amor, esta vez correspondido.
Dublín y U2 siempre irán de la mano
La banda liderada por Bono ha viajado por todo el planeta, pero su corazón siempre estará en la capital irlandesa, ciudad en la que se formó el grupo y que inspiró su enorme éxito “Song of Innocence”. De hecho, son muchos los puntos marcados en el mapa de la ciudad por la mítica banda de pop-rock.
Uno de los lugares más famosos de Dublín es St Stephen's Green, un parque público victoriano de la ciudad que U2 utilizó como escenario de su primer concierto y donde ahora luce una placa en su honor, una de las muchas que se pueden encontrar en la ciudad.
En el parque de Merrion Square, Bono grabó una cita de Oscar Wilde en los pilares de piedra junto a su estatua. Y el puente de Ha'penny es, además de un precioso puente que cruza el río Liffey, otra parada obligatoria en la ruta de la música de U2 por Dublín. A principios de la década de 1980, los miembros de U2 posaron en este legendario símbolo de la ciudad para inmortalizar algunas de sus primeras imágenes, convertidas ya en iconos.
Cante Alentejano, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Coros formados hombres y mujeres sin ningún instrumento musical, así es el cante alentejano, la manifestación artística más característica de la región de Alentejo, la más grande de Portugal, reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Este cante popular tradicional de los municipios del distrito de Beja, en la región históricamente conocida como Bajo Alentejo, se caracteriza por la peculiaridad de sus melodías y letras, tratando temas sentimentales y situaciones cotidianas, así como por su estilo vocal característico, donde un cantante solista, “el ponto”, inicia el canto en un registro grave y un “alto” le sigue en un registro más agudo.
Si bien el Cante Alentejano no es específico de ningún género o estrato social, en muchas ocasiones se asocia a las poblaciones rurales, y es que Alentejo es precisamente eso, vida rural. Campos de alcornoques, tradiciones milenarias, pero también costa, modernidad y diversión. Un lugar donde el slow travel se hace realidad. Su ritmo nos recuerda también a esa España querida, la de los pueblos, que tantas similitudes comparten con Alentejo. Disfruta de este popular cante y emprende un viaje al alma del campo portugués.