Foodies empedernidos, paladares exigentes y amantes del buen comer tienen una cita con la cocina del sur de Portugal. La variada gastronomía del Algarve es uno de los principales atractivos de la región portuguesa con mayor número de restaurantes con Estrella Michelin y una cocina popular digna de cinco estrellas. Su sabroso recetario es resultado de la variada y excelente materia prima que le ofrece no sólo el mar que baña sus más de 200 kilómetros de costa: también la sierra que, tierra adentro, aporta excelentes carnes, verduras y legumbres a unos guisos que hacen las delicias de quien los prueba.
Con el ánimo de difundir esa riqueza gastronómica, Turismo del Algarve edita desde hace años varias guías, disponibles en Internet y en varios idiomas (también en español), con recetas clásicas y otras no tanto de la cocina algarvía. Si meterse entre los fogones siempre fue algo que para muchos podía esperar por falta de tiempo, qué mejor momento que éste para bucear en recetas mediterráneas con ese punto intercultural que tanto gusta a los paladares cosmopolitas de hoy día y sorprender en casa con una ensalada exótica, una sopa diferente o un pescado fácil de conseguir (vale congelado) cocinado de una manera distinta. Otra forma de viajar y conectarnos con otros lugares y destinos en estos momentos de quedarse en casa.
Te proponemos por ejemplo viajar a Portimão, uno de los destinos por excelencia del Algarve, donde se localizan muchas de las más famosas playas y, además, sede de algunas de las más emocionantes competiciones deportivas, a través de una sopa, cuyos ingredientes son fáciles de conseguir.
Sopa de alubias al estilo de Portimão. Necesitas alubias rojas (400 g), aceite de oliva (1dl), cebollas (50g), patatas (200g), patatas dulces -o batatas o boniatos- (200g), calabaza (100g), 1 rama de pelejil y sal. Se dejan a remojo las alubias en agua fría 12 horas. Cuécelas en una sartén con agua fría. Pela la cebolla, lávala y añade a las alubias; añade el aceite, el perejil y la sal. Pela las patatas y la calabaza y córtala en cubos pequeños. Añade todo a la cazuela cuando las alubias estén casi a su punto. Continúa hirviendo hasta que se termine de cocer y rectifica la cantidad de sal. La sopa debe quedar un poco espesa.
También puedes remontarte a Monchique, el pulmón del Algarve, salpicado de pueblos serranos que saben a tradición y costumbres añejas. Curiosamente lo que te proponemos no será chuletón o cocido, sino unos calamares. Así de sorprendente es el Algarve.
Calamares rellenos al estilo de Monchique. Necesitas calamares medianos, congelados también pueden ser (1.2 kg), arroz (160g), jamón (100g), patatas nuevas (300g), tomates maduros (500g), vino blanco seco (1dl), aceite de oliva (1.5 dl), 1 rama de perejil, 1 hoja de laurel, cebollas (250g), sal y pimienta al gusto. Lava bien los calamares y límpialos (retirando interior y tentáculos). Pela la cebolla y pícala fina, corta el jamón en cubos muy pequeños y los tentáculos de los calamares. Corta la base de los tomates y escáldalos en agua hirviendo, retira pieles y córtalos en cubos. Pon una cazuela al fuego y echa el aceite y la cebolla y rehógalo, agrega después el jamón, los tentáculos, el perejil picado y los tomates y déjalo reducir. Añade el arroz lavado y lleve a ebullición durante tres minutos. Adereza después con sal y pimienta. Rellena los calamares con este preparado y sella con un palillo. En otra cazuela haz un nuevo relleno con la cebolla picada, aceite, la hoja de laurel y el perejil picado. Añade el vino blanco y el agua. Añade los calamares rellenados y déjalos cocinar. Sírvelos acompañados de patatas nuevas cocidas.
Para amantes los gazpachos y las recetas sencillas y de las una comida hipocalóricas para estos días caseros en los que se necesita menos aporte energético, una receta muy fácil y muy del Algarve, para rememorar ese sabor sureño, fresquito y esos días que vendrán de comidas ligeras frente al mar con una cervecita en la mano.
Arjamolho. Necesitas tomates maduros (300g), dientes de ajo (3), pimiento verde (1), aceite de oliva (1dl), vinagre (2cls), pan duro (200g), oréganos y sal gorda. Pela los dientes de ajo y macháquelos con sal. Corta la base de los tomates, escáldalos en agua hirviendo y retira la piel y las semillas. Córtalos en cubos pequeños. Limpia el pimiento y córtalo en cubos pequeños. En un recipiente pon el aceite, orégano, agua fría y vinagre. Añade los dientes de ajo, la sal y los tomates. Corta el pan en rodajas pequeñas y añádelo. Remuévelo todo y sírvelo bien frío.