En Ginette saben bien que una carta bien hecha es la mejor tarjeta de presentación de un restaurante. Cada temporada la miman con mucho cuidado, dedicando tiempo a ofrecer un menú variado y equilibrado, siempre utilizando productos frescos de temporada de la más alta calidad.
Desde que abrió sus puertas en 2017, Ginette ha cautivado a los clientes más exigentes, y su experiencia gastronómica se ha intensificado todavía más este invierno con la presentación de una nueva carta que presenta los mejores sabores de su gastronomía fusión. Todo ello en un entorno urbano, en una de las zonas más destacadas de Barcelona, cerca del emblemático Arc de Triomf, en la frontera entre el casc antic y el majestuoso Eixample modernista.
La piedra angular de Ginette son los platos exquisitamente elaborados que mezclan la influencia de tres tipos de cocina: clásica francesa, catalana y española. La propuesta del chef del restaurante, el parisino Hervé Escobar, combina las tradiciones del pasado, pero con la mirada hacia la innovación. Un equilibrio perfecto entre la cocina francesa y la incorporación de novedosos ingredientes, con sabores auténticos y atrevidos como resultado.
La amplia selección de vinos españoles y franceses de Ginette, y su amplio abanico de cócteles clásicos y de autor, son el complemento perfecto para los exquisitos postres que hacen referencia a la clásica pastelería francesa. Dicen que Escobar prepara el mejor mousse de chocolate de la Ciutat Comtal.
La nueva carta de Ginette presenta diversas opciones de platos muy originales y bien elaborados ideales para compartir. De entrada, encontraremos una selección de tapas exquisitas, como sus afamadas croquetas de pato confitadas, una especializada selección de embutidos y su riquísimo bikini trufado.
A la carta invernal le siguen deliciosos productos de la tierra, como foie de pato asado a la plancha con cereza amarena, o pies de cerdo empanados con lentejas verdes en vinagreta. También propuestas del mar, como sus raviolis de champiñones elaborados con una perfecta crema de de cangrejo y salvia, o salmón confitado en cítricos acompañado de burrata.
En Ginette nunca faltan las opciones vegetarianas. Entre ellas, destacan la straciatella con boniato a la brasa, la berenjena asada con sanfaina y yogurt griego ahumado, o los gnocchi de espinacas con gorgonzola y nueces, muy apetecibles para los días de frío.
Para cerrar el menú, podremos elegir entre una gran variedad de postres, como la mousse de chocolate negro, el sablé bretón, isla flotante con crema inglesa o el baba al ron, una propuesta mucho más atrevida, ideal para cerrar cualquier mesa de fiesta.
Los encantos de Ginette no solo residen en lo culinario, sino también en el diseño de los platos y del espacio. El local dispone de salón interior que da a un patio de plantas. Está decorado de lo más chic, con mesas para cuatro con sofás, sillas, espejos y papel pintado. Otra sala presenta grandes ventanales que dan a la calle, una amplia barra de copas para maridar y pequeñas mesas redondas para dos personas para las cenas más románticas.
Desde su apertura, Ginette ha resultado ser un éxito gastronómico entre los barceloneses y también un reclamo para los extranjeros que visitan la ciudad. Un lugar donde sentirnos como en casa con un personal joven y amable, deliciosa comida, buen vino y una atmósfera acogedora en el corazón de Barcelona.