En 1997, entre los días 1 al 6 de diciembre, en la ciudad de Nápoles, se reunió en Sesión el Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En esa sesión se declaraba a todos los municipios que forman la Costa Amalfitana como Patrimonio de la Humanidad, con la siguiente descripción: “La franja costera de Amalfi es de una gran belleza natural. Ha estado intensamente poblada desde principios de la Edad Media. Incluye una serie de ciudades como Amalfi y Ravello, que albergan obras arquitectónicas y artísticas especialmente notables. Sus zonas rurales testimonian la capacidad de adaptación de sus habitantes que han sacado partido de la diversidad del terreno de cultivo, desde los viñedos y huertos en terrazas en las laderas bajas, a las tierras de pastoreo en las tierras altas.”
Los orígenes de Amalfi: la leyenda
Los orígenes de Amalfi están envueltos en la leyenda. Se relaciona su nombre con el de la legendaria ninfa Amalfi, de quién Hércules se enamoró y que, cuando ella muere, el héroe la quiere enterrar en el lugar que consideraba más hermoso de todos (la costa de Amalfi), construyendo allí su tumba y una nueva ciudad con el fin de hacer a su amada inmortal, rodeada de mar y rocas.
La costa de Amalfi abarca el territorio de la histórica República amalfitana, una de las repúblicas marineras italianas que dominaron el Mediterráneo en torno al siglo XII. Toma su nombre de su municipio más importante, Amalfi, capital histórica de la república, que llegó a albergar una población de 70.000 habitantes, hoy convertido en un pequeño y hermoso destino turístico. Son también destacables en la costa los municipios de Positano y Ravello, ambos destinos vacacionales de primer orden, elegidos por la «jet set» norteamericana de mediados del siglo XX. Los municipios de la costa están conectados por la famosa carretera estatal 163.
Ruta por la Costa Amalfitana
La Costa Amalfitana es un conjunto de pueblecitos colgados sobre unos vertiginosos acantilados azotados por un mar de color turquesa.
La Costa Amalfitana se extiende a lo largo del golfo de Salerno
Se extiende a lo largo del golfo de Salerno y comprende algunos de sus lugares más famosos, como Positano, Ravello y, naturalmente, Amalfi.
El camino corre tortuoso, como un balcón suspendido entre el mar azul cobalto y las pendientes de los montes Lattari, en una sucesión de valles y montículos entre calas, playas y terrazas cultivas de cítricos, vides y olivos. El viaje puede partir de Salerno, espléndida ciudad que surge en el homónimo golfo del mar Tirreno, entre la Costiera Amalfitana, la llanura del Sele y el Cilento (al sur), en el punto en el que el valle del Irno se abre al mar: para disfrutarlo es de obligación dar una vuelta por el paseo marítimo de Trieste y una visita al castillo medieval de Arechi que domina Salerno desde lo alto.
A tres kilómetros al oeste, surge Vietri sul mare, cuyo centro se extiende a lo largo de la costa, mientras que la zona Marina se abre al mar. Este espléndido pueblecito es la cuna de los azulejos, no es una casualidad que la cúpula de la iglesia de San Giovanni Battista y la fachada de la Arciconfraternita dell'Annunziata e del Rosario están recubiertas de coloradísimas cerámicas.
Los pueblos de pescadores de Cetara y Maiori, entre los centros balnearios más frecuentados por sus playas de arena fina, también disponen de bellas iglesias- respectivamente San Pietro y Santa Maria a Mare, con sugerentes cúpulas revestidas de mayólicas. Pero antes de llegar a Maiori, se puede disfrutar de un punto panorámico en el Capo d'Orso, además de una visita a la abadía de Santa Maria de Olearia, excavada en la roca.
Desde Maiori se puede optar por una desviación hacia el interior para llegar a Tramonti, tierra de maestros de la pizza. Prosiguiendo, en cambio, a lo largo de la costa, aparece Minori, el edén de la costa por su clima ventilado y fresco.
Atrani está lejos del turismo de masa, y conserva gracias a ello toda su autenticidad marinera.
En este punto surge una desviación hacia Ravello, a 350 metros de altura, uno de los encantos de la costa por la elegancia de sus villas: los jardines y el belvedere de villa Rufolo y de villa Cimbrone se abren hacia panoramas que cortan la respiración.
Descendiendo, aparece Amalfi, la ciudad antigua República Marinera que da nombre a la costa: no puede dejar de no visitarse la catedral de Sant’Andrea Apostolo, de estilo árabe siciliano, reconstruído en estilo barroco durante el Setecientos, con su maravillosa escalera y su magnífico claustro.
Poco después de haber atravesado Praiano, se llega a Positano, lugar de vacaciones desde finales del período imperial romano, con sus blancas casas que descienden hasta el mar agrupadas en torno a l iglesia de Santa Maria Assunta con su cúpula de mayólicas. Son típicos son los callejones repletos de tiendas características donde comprar productos artesanos locales y tantas escaleras que descienden desde lo alto del pueblo hasta la playa. Entre las playas principales destacan la playa Grande y la de Fornillo, que se pueden alcanzar a pié. La Porta, Arienzo y San Pietro Laurito, son todas accesibles principalmente desde el mar. Es muy sugerente la vía hacia Sorrento que discurre hasta Sant'Agata dei Due Golfi (Santa Ágata de los Dos Golfos, el de Nápoles y el de Salerno).
Sorrento es la ciudad de los jardines de cítricos que abraza el golfo de Nápoles, punto de partida ideal para una excursión a Capri, Isquia, o Nápoles, Pompeya y Herculano. El centro se sitúa en una altiplanicie que domina el mar desde una altura de 50 metros, en medio de una densa vegetación. En dicho centro histórico se pueden apreciar todavía hoy los restos de sus orígenes romanos, por un lado está rodeado de la muralla del 500 dentro la que se sitúa la Catedral, reedificada durante el siglo XV, con fachada neogótica y la iglesia de San Francisco de Asís, con su destacable claustro del Trescientos con pórtico de influencia árabe. No hay que perderse una vista al museo Correale, un paseo por el parque desde el que se puede disfrutar de una magnífica vista del golfo, y una excursión hacia la Punta del Capo, donde se encuentran los restos romanos provenientes de la villa de Pollio Felice (siglo I d. C.)
Una pequeña desviación nos llevará hasta el municipio de Nerano, Marina del Cantone y la renombrada Bahía de Ieranto que, formando parte de Massa Lubrense que se encuentra en la costa sorrentina, se asoman al Golfo de Salerno y son algunas de las más renombradas localidades vacacionales de la Costa Amalfitana. Especialmente la Bahía de Ierano, que es un auténtico paraíso natural donde está prohibido el acceso a las embarcaciones de motor. Se llega a través de un sendero que parte de Nerano.
Viajar en bus por la costa Amalfitana
El recorrido en bus por la costa amalfitana es uno de los itinerarios más bellos y emocionantes que se puede hacer. Aunque no son muchos kilómetros, la sinuosidad de la carretera, su complejidad, hace que una distancia de unos 45 km, pueda tardar en hacerse una hora y media. Pero si lo que se quiere es parar en los pueblecitos, en autobús es un poco difícil, por la poca frecuencia de estos. Hay que buscar una localidad dentro de la costa amalfitana, como Positano o Amalfi para moverse porque en esas poblaciones hay mejores comunicaciones. Éstas son las recomendaciones de un viajero avezado que conoce la zona bastante bien, así que hay que tenerlas en cuenta.
Para la mayoría de los visitantes, lo que prima es relajarse. Las playas son pequeñas, populares y a menudo se llenan de gente. Cuando viajes a la Costa Amalfitana observarás que el litoral también está salpicado de calas privadas, aunque a menudo es difícil acceder a ellas desde tierra. Alquila un bote desde Amalfi y encuentra tu recóndito trocito de paraíso.
Explorar a pie el abrupto paisaje. A lo largo de toda la costa encontrarás gran cantidad de rutas de senderismo. Una de las más populares y menos agotadoras es la Ruta de los dioses, entre Positano y Praiano.
Y aunque la Costa Amalfitana goza de una gran reputación por ser un lugar frecuentado por ricos y famosos, (aquí encontrarás muchos bares, restaurantes y hoteles con precios poco asequibles), visitar esta zona turística es apto para todos los bolsillos.