Las tres ciudades del Principado (Avilés, Gijón y Oviedo) presentaron en Barcelona sus atractivos turísticos en un evento celebrado en el restaurante asturiano La Pomarada que congregó a unos 60 periodistas especializados y blogueros de viaje. La concejala de Hacienda, Turismo y Modernización Administrativa de Avilés, Raquel Ruíz, dio la bienvenida al acto y recordó que esta urbe es la segunda en España con más kilómetros de calles porticadas de España, lo que le dota de un carácter especial, acogedor e irresistible. Avilés cuenta con un Casco Histórico catalogado Conjunto Histórico-Artístico desde 1955 y que, recientemente, ha sido incluido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte entre los cien Paisajes
Culturales más relevantes del país.
La representante de Gijón Turismo, Inmaculada Olay, dio algunas pistas para entender por qué la mayor ciudad del Principado se podría considerar como la mejor fusión posible entre el carisma asturiano de interior y las influencias vanguardistas del mar. Una mezcla que se nota en todo, tanto en los días de sol que comienzan en cualquiera de sus playas y terminan escanciando sidra en Cimavilla hasta en las jornadas más impredecibles donde el viento dicta cuál es el mejor deporte náutico que practicar antes de asistir a cualquier evento cultural en Laboral Ciudad de la Cultura, en el Teatro Jovellanos o disfrutar de la mayor red de museos de Asturias.
El responsable de turismo y promoción económica del Ayuntamiento de Oviedo, Eugenio Corpas, resaltó los encantos de la capital de Asturias, rango que ostenta desde que Alfonso II El Casto en el siglo VIII la eligiera para centralizar el poder. Hasta cinco construcciones de Oviedo están protegidas por la UNESCO con esta designación por su singular valor como referente del primer arte medieval. Su emblemático Teatro Campoamor no solo destaca por acoger los Premios Princesa de Asturias, sino también por tener la segunda temporada de ópera más antigua del país.
#CiudadesdeAsturias: un triángulo urbano único en el mundo
Y es que Google Maps no engaña: solo hace falta recorrer 66 kilómetros para visitar Avilés, Gijón y Oviedo. Una distancia que hace que este trinomio sea una auténtica joya, ya que en sus calles, parques y costa estas ciudades albergan arte de todas las épocas, monumentos catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, una gastronomía que forma parte de su ADN y un saber vivir en el naturaleza, tradición y contemporaneidad conviven en una armonía asombrosa y fascinante. Sobre todo, este microcosmos es algo tan único en el mundo porque cada uno de sus vértices tiene una identidad propia y un carisma que las hace complementarias y compatibles. Algo que para el viajero actual resulta irresistible. Y más si se tiene en cuenta que todo ello sucede sin tener que hacer más de 28 kilómetros para ir de una a la otra.
Sí, Avilés, Gijón y Oviedo están tan cerca y tan lejos a la vez. ¿Por qué? Por la singularidad que tiene cada una. Pero, antes de profundizar en sus respectivas calles y atractivos, conviene centrarse en el entorno. Y es que Asturias es un auténtico paraíso que lo tiene todo. Desde las montañas más aguerridas y fotogénicas de la Península hasta los valles más recónditos y auténticos donde el sabor y la minería siguen marcando su ADN. Su costa es tan caprichosa que en cuanto asoma una playa lo hace desplegando toda la belleza imaginable.
Y entre medias, pueblecitos que han transformado su pasado marinero, agrícola y ganaderos en un aliciente para todos aquellos turistas que buscan honestidad y esencia slow. Todos estos ingredientes explican por qué sus principales ciudades tienen tantos incentivos: porque son el producto de urbanizar un carácter heterogéneo, arraigado a la tierrina pero con la vista puesta en el futuro. De ahí que merezca la pena dedicarle al menos, un viaje a cada una y, si no, un gran tour con el que llevarse la mejor impronta posible de una de las regiones más hermosas y completas de Europa.