Hace poco más de un año empezó a rodar el texto de ‘Debate’. Albert Boadella, director artístico de los Teatros del Canal, lo quiso estrenar en noviembre, pero distintos motivos políticos y personales lo fueron atrasando...
Según explica Toni Cantó:
-Llevaba mucho tiempo queriendo presentar un texto como este y me tiene un poco nervioso, porque aunque no es mi estreno como director, si lo es como autor.
Muchos jefes de informativos reconocen presiones políticas
¿Por qué Debate?
-Porque es una metáfora como concepto y lo que supone un debate televisivo, para mí es una perfecta metáfora de cómo se ha hecho mal la política en este país durante demasiado tiempo y planteo como han sido y siguen siendo las relaciones entre los dos partidos grandes y también la relación de esos dos partidos con los medios de comunicación públicos, que siempre ha sido mal utilizados e intervenidos por unos y otros. Todos en la oposición denunciaban la utilización de las televisiones públicas, pero luego cuando llegaban al poder volvían a existir ese tipo de injerencias. Afortunadamente no todos los ejemplos son tan escandalosos como Cataluña y la TV3, medios de comunicación en los que se invierte mucho dinero público. Pero incluso los jefes de informativos de las cadenas privadas admiten en privado que reciben presiones, llamadas de la vicepresidencia o de la presidencia de tal comunidad autónoma, o de tal Gobierno, etc... Esas presiones, más allá de que luego tengan éxito o no, suceden, y aguantar la presión de un Gobierno es muy complicado. Pero lo que también quería poner de manifiesto es como los dos grandes partidos, durante demasiado tiempo, han evitado, en primer lugar que los debates sucedan, de hecho en la última legislatura no hubo un debate, y aunque hubo uno a cuatro estuvo devaluado porque Rajoy no compareció en ese y el otro que hubo fue del estilo que les gusta, de insultos, de descalificaciones, que considero responsable en una proporción importante de que no haya habido un Gobierno ahora, porque se crearon una heridas que no han cicatrizado todavía, entre Rajoy y Sánchez, y me apetecía contar eso.
Para explicar cómo son las negociaciones:
-Me informé con profesionales de televisión, por periodistas y políticos que estuvieron en las negociaciones de ese debate televisivo y de ahí fue creciendo una propuesta que luego he terminado de perfilar con la ayuda de tres fantásticos actores que desde el primer día se entregaron y que con paciencia han aguantado mi inseguridad como director y autor, y mis tijeras, porque terminar de crear en vivo con los personajes era un privilegio.
Todo aquel que quiera ver por la mirilla o por debajo de la punta del iceberg como se practica la política en este país, con un estilo que espero que acabe, y que de hecho ya está acabándose, pero todavía colea demasiado, tendrá interés y se sentirá satisfecho de venir a ver una obra como Debate.
Toni Cantó cree que se debe separar la política de lo particular, porque luego pasa lo que pasa:
-Por desgracia sucede así en política y por esa razón se van a tener que repetir elecciones, porque lo personal y lo partidista se han puesto por encima de las razones de Estado y esa es una de las desgracias con las que vamos a tener que acarrear.
Los grandes partidos se han puesto de acuerdo en lo que les interesa
Pero Debate no se queda en el debate...
-Lo que me apetecía contar no era solamente lo que ellos verbalizan en cuanto a lo que es televisión pública, medios de comunicación, etc..., sino sobre todo que ocurre entre los personajes, porque sin apoyarme en eso hubiera sido un texto muy coñazo... Es algo que la gente te pregunta desde fuera: ¿cómo es posible que os deis desde la tribuna y luego os toméis una caña juntos? y eso sucede, puedes estar debatiendo con alguien que está en un extremo tan opuesto como es Ezquerra Republicana y me puedo llevar bien con Tardá y me puedo tomar algo con él en la cafetería a los diez minutos. Hay otras fronteras que son más delicadas, que fue lo que pasó en el debate entre Rajoy y Sánchez, que cuando se traspasa una línea personal bestial y llegan descalificaciones muy duras, eso sí puede hacer una herida que no cure, como ha pasado y eso dificulta acuerdos. Es cierto que en muchos momentos lo que también se hace, y eso se dice en la función, que se airean supuestas contradicciones entre ellos, supuestos desacuerdos, simplemente para que parezca que van a hacer cosas muy distintas, y luego se han puesto de acuerdo en lo fundamental: mantener la justicia controlada, hacer cambios en la Constitución en 24 horas para contentar a Europa, mantenerse aforados, mantenerse los indultos, llevar a cabo una ley de transparencia que no funcionó y que no era suficiente..., luego agitaban algunos temas mucho para parecer que eran distintos, pero en la básico... por eso no se entiende que ahora no lleguen a un acuerdo…
Debate entre los fontaneros de los grandes partidos
-En esta obra exploramos el trabajo de dos fontaneros de los dos grandes partidos y sus relaciones con la prensa, esa es la diferencia fundamental, pero me temo que son igual de rastreros (se ríe) porque además como decía Churchill, en una anécdota que me encanta, cuando va con su becario a la Cámara de los Lores, allí, las dos bancadas enfrentadas y el becario, en su ingenuidad le pregunta: "¿Aquellos son nuestros enemigos?", Churchill le contesta: "No, aquellos son nuestros adversarios. Los enemigos los tienes aquí detrás", y eso lo vemos día a día, las puñaladas vienen de tu propio partido, en las primarias se organizan auténticos berenjenales... ahora mismo estamos viendo ya problemas en el PSOE... La política a nivel organización y fontanería, que es lo que son ellos y por eso están entre bambalinas, esa es la idea que quería trasladar…
¿Asistiremos a algún debate durante la obra?
-Asistiremos a las negociaciones de los dos debates y a lo que sucede después de un primer debate en el que pasa algo bastante fuerte.
Hemos visto debates en televisión, pero la mayoría decepcionaron bastante…
-Estaba todo pactado, los tiempos, las cámaras... todo debía estar controlado. Un realizador me comentaba como le prohibieron instalar cámaras porque no querían que se vieran las chuletas que tenían en el suelo para consultar, y así mientras estaba pinchando al otro, ellos empezaban a mirar por todos lados, y se habían gastado una pasta en aquella época para instalar una cámara cenital, que apenas existían, y sacar un plano muy chulo, y se la tuvo que comer con patatas. Pues estas cosas suceden mucho porque está todo pactado y si deciden meterse a pelear es porque dicen vamos a pelear y gastamos minutos, porque no tienen argumentos para debatir lo que realmente importa.
Debate explica lo que ocurre entre bambalinas
Pero en la obra no se queda solo en la organización de los debates…
-La obra plantea eso, pero también plantea lo que en algún momento pasa con las organizaciones de los partidos y lo que sucede en unas primarias, como se fastidian entre ellos dentro del mismo partido, que faenas cruzadas se realizan, los intentos de influenciar y apretar a una televisión pública, porque esa tentación está siempre y en menor o mayor medida lo consiguen y ahí hay que hacer un homenaje a los periodistas de este país, a los que, en un momento muy delicado, porque otro de los problemas de estos momentos es que la crisis económica y el momento de corrupción es más bestial, ha coincidido con los ERE en los medios, echando a profesionales, con un paro y una fragilidad contractual en el sector... y de eso el poder se aprovecha y si no lo consigue, lo intenta, y gracias a algunos profesionales que siguen machacando e investigando, llevando a cabo artículos de denuncia, no han podido acallar muchas cosas, pero con un coste personal para muchos de ellos muy alto.
¿Se puede reconocer a los políticos con nombres y apellidos en ese "Debate"?
-No, he querido basarme en un perfil personal y de carácter distinto entre los dos, que no es el ideológico, de hecho el 99 por ciento son intercambiables en los dos grandes partidos, lo que quería era ver uno con un perfil más técnico, frío y otro con un perfil más emocional, que son dos maneras de practicar política, pero que en el fondo te pueden joder de la misma forma (se ríe).
Toni Cantó siempre quiere estar sobre el escenario, pero esta vez no lo hace, se queda en el puesto de autor-director…
¿Te ha costado no ser actor de tu propia obra?
-No, no, la última vez que había dirigido me costó mogollón ser actor y dije que en mi vida iba a volver a dirigir e interpretar a la vez, entre otras cosas porque mis compañeros debieron de terminar de mi hasta las narices. La función se llamaba Maratón, estábamos todo el rato corriendo en escena y yo que soy un poco psicópata, por cierto en la política es donde hay un índice mayor de psicópatas (risas), que no sé si tiene que ver con la utilización del poder y como se maneja uno con lo que hay alrededor, con la ventaja que supone a veces en el trabajo orgánico... por la falta de empatía... pero volviendo a la obra Maraton, estaba hablando que les daba notas sobre la escena que acababan de hacer y estaban hasta las narices, que era un horror... el placer absoluto para mí, siendo el teatro mi pasión, dentro de esto es, por supuesto, interpretar, pero dirigir me fascina, me he dedicado varios años dando clases para entrenar la dirección y el trabajo de dirección y ver a los actores y tenerlo tan claro, que cuando estás dentro no lo ves en muchas ocasiones, es una suerte dirigir.
¿Cómo responderán tus compañeros de política?
-Por ahora están todos pidiéndome entradas (risas), y espero que podamos dar alguna sorpresa y alguno de los días que se hacen encuentros con el público, podrá venir alguno importante para que pueda hablar con el público y dé su opinión sobre los temas que se plantean en la función. A mí siempre me han recibido, en principio, con mucha curiosidad en el Congreso, algunos con un poquito de desprecio, pero me puse a trabajar, no por hacer méritos, sino porque no había otro remedio, éramos un grupo pequeño y con mucho trabajo encima... y cuando te ven que vas de cráneo de comisión en comisión, eso se respeta, al principio todo el mundo me decía, incluso Zapatero y Rajoy: "Tú que haces aquí. ¿Cómo se te ocurre meterte en esto", que tiene algo también de "Este es nuestro terreno, a qué vienes"... pero eso también se ha roto y eso es bueno...
¿Hay algo que hayas descubierto en este tiempo que has estado en la política que te haya sorprendido especialmente o que no supieras?
-La función va de todo lo que desconocía antes de entrar en política, básicamente de cómo se manejan las cosas desde dentro, la parte oculta, que no se ve mucho más de la punta del iceberg, o de cosas tan claras como de estar yo en la cámara, en el hemiciclo y escuchar a alguien mentir, y mirar a un compañero y decirle "eso es mentira", y me dice "pues claro, ¿qué te esperabas?", y ahí te caes del guindo, por Dios, estás en una cámara, donde están representados todos los españoles y ese señor está mintiendo a sabiendas... pues sí, así es la cosa. Pero creo que lo que hay que pensar que lo que desprestigia es esa forma de practicar la política, pero no la política... Ese intento de algunos de desprestigiarla en general, es muy peligroso porque abona populismos, abona dictaduras y abona el desconocimiento de algo que para mí es esencial, porque tú no te metes en política, pero la política se va a meter contigo, porque todo lo que se dicta desde la política regla tu día a día... así que tú veras... Yo siempre me he sentido más a gusto intentando involucrarme, y era así también en mi profesión, para que las cosas mejoren. Me angustia mucho estar esperando a que el teléfono suene, así que me metí también a producir en el teatro, o a dar clases, o llevar la gestión cultural de algo, porque así me sentía involucrado y me quitaba angustia, no me generaba tanta ansiedad mi trabajo. En política sucede lo mismo, a pesar de que esto pueda tener un coste personal por dos razones, decidí meterme en política para portar mi granito de arena.
¿Cuáles son esas dos razones?
-La primera, que a pesar de que hay un grandísimo número de gestores culturales con una evidente imparcialidad e independencia, y eso también se cuenta en esta función, la gestión cultural en política está visto como una asignatura maría, me he encontrado con un montón de concejalías... llevaré en el cuerpo unas 3.000 funciones de teatro, me he recorrido toda España varias veces y he visto concejales... que pensaba ¿cómo han podido poner a esta persona aquí? y es que es obvio que la mayoría de las veces los partidos se piden urbanismo y no cultura. Y también es obvio que para mí tuvo un coste, tengo clarísimo que tengo algunos ayuntamientos en los que, a no ser que tenga un gestor muy independiente, no voy a poder visitarlos en mi vida, porque un mes antes estaba zurrando a su partido, y en eso aquí nos falta un poquito de madurez democrática, porque en otros países se ve con absoluta normalidad estas cosas y se ve como un Clint Easwood está apoyando el partido republicano y Robert de Niro al demócrata y todo el mundo lo entiende perfectamente y no hay ningún problema y luego van a ver las películas de uno o de otro, y eso no solo sucede allí, es igual en muchos países. Pero aquí se practica una política más de trincheras, de darnos golpazos, y estás conmigo o estás contra mí, de blanco o negro y sin ningún posible matiz.
Con el Cervantes en el Congreso hubo ministros que se enfadaron
¿Cuánto hay de real en la obra?
-Todo lo que sale en la obra es real, todo lo que sale ha sucedido en alguno de los debates... En la obra se habla de detalles muy específicos que podemos reconocer, pero están vistos desde el otro punto de vista. La corrupción ha campado a sus anchas, los dos partidos se lo han repartido todo, lo han ocultado todo y en lo esencial han estado de acuerdo, y a los que les guste el género de debates, de televisión, etc… les gustará, porque como defensor de la televisión, que es un género en el que aprendí mucho y de un tipo que tenía mucho que ver con la política y le entusiasmaba, Jesús Hermida, trabajé un año y pico con él, y entendí cómo funciona la televisión, porque tenía que generar mis propios reportajes y como profesional de televisión me interesa cuando un debate está mal y cuando está mal, siempre pongo el ejemplo del peor debate que se ha visto, que es el de la señora Valenciano y el señor Cañete. Estos dos se tiraron un buen rato negociando como tirar un plano, iluminación, etc..., y no había un cuidado estético, que no digo que deba ser la base, pero se debe cuidar un poquito... allí no, allí cogían el folio y lo iban leyendo, de repente le pinchaban y el otro estaba buscando no sé qué, y pensaba "vale que no haya que regular todo a tope, pero ese absoluto desprecio por el medio y no darse cuenta dos representantes antiguos de dos partidos antiguos de que el ring estaba en la tele”... Otros lo supieron entender, pero ellos tardaron en darse cuenta que el medio de comunicación por excelencia y donde se empezaba a comunicar era el plató de televisión...
Y por último, un tema ¿más ligero?, o por lo menos más agradable: El homenaje a Cervantes en el Congreso:
-Con eso hubo gente en el PP que se enfadaron, pero estábamos hablando de clásicos y no podía faltar un clásico como el IVA cultural...
Yo tenía claro que si había que hacer un Cervantes había que tener primero a toda la gente allí, es decir a los que leyeran o cantasen, como Poveda, había que tenerlos donde los políticos, y quería recuperar una figura como la de Cervantes y tenerlo presidiendo, donde se sienta Patxi López, y dando paso a la gente, y había que dar al acto sentido del humor y tenía sentido que lo hiciese Cervantes, porque él, además de hacer una literatura popular utilizó uno de los signos que demuestran inteligencia, el sentido del humor. Y creo que pasó todo muy bien, hubo un par de ministros que se enfadaron, pero muchos diputados del PP se emocionaron, porque hubo momentos muy emocionantes y tuvo mucha repercusión, fue portada de todos los telediarios...
© Fotografías: Sergio Parra